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—¿Trajiste regalos? —preguntó Taylor con confusión mientras abría la puerta de su departamento. Era la primera vez que ambas estaban ahí, y era la primera vez que Alisha vería a las mascotas de la cantante.

—Si, quiero agradarles —soltó nerviosa, dejando su bolso sobre el sofá cuando llegaron a la sala.

—Iré por ellas, nunca me esperan cerca.

Kellen se sentó, rebotando su rodilla con impaciencia. Le daba vergüenza admitirlo, pero estaba un poco nerviosa. ¿Y si no les agradaba? ¿Y si no la querían?

Puede que fuesen solo gatos, pero Taylor los consideraba sus hijas y eran lo más importante de su vida.

De pronto sintió un peso sobre su regazo y se vió en la obligación de detener su hilo de pensamientos cuando escuchó un ronroneo.

—Ella es Meredith —soltó Taylor—, normalmente no es tan cariñosa.

Kellen suspiró mientras pasaba con mucho cuidado una mano por su pelaje, acariciandola con cariño.

—Hola, Mer. ¿Cómo estás? —preguntó utilizando esa voz que solo sacaba frente a bebés—, eres tan linda. Me enteré que te gusta dormir y debo decirte que yo también adoro tomar siestas. Tal vez podríamos tomar una juntas.

Y, para sorpresa de Taylor, la gata ronroneó en respuesta, casi como si le estuviera diciendo «si».

—¡Te ama! —soltó indignada, pero pronto su sorpresa fue reemplazada por una alegría infinita cuando su novia levantó la cabeza con una sonrisa radiante.

—¡Yo también la amo! ¿Dónde está tu hermana? —preguntó dirigiéndose a Meredith, quien seguía cómoda en sus piernas.

Swift tomó a Olivia y la dejó a su lado. La gata comenzó a lamerle el brazo con toda la confianza del mundo.

—Listo, ya te quieren más que a mi. Increíble.

—Creo que saben que soy su nueva mamá.

Taylor tragó saliva al oírla decir eso. Llevaban tres meses y se amaban con una pasión indescriptible así que no le sorprendía cuando decían cosas que hacían sonar su relación como un matrimonio, pero aún así su corazón se detenía cuando escuchaba esas palabras salir de la boca de Alisha.

La amaba tanto que incluso era aterrador.

—¿Tay? —preguntó Alisha, regresándola a la realidad—, ¿Estás bien?

—Si. Estoy excelente —susurró, acercándose para sentarse en el suelo frente a ella, acariciando sus rodillas mientras la miraba jugar con Meredith y Olivia.

Pronto sacó su celular y lo colocó en el temporizador para capturar una foto de ellas dos abrazando a las gatitas.

—Nuestra primera foto familiar —soltó la cantante orgullosa.







—¡Tu primera novia, Taylor! —soltó Andrea con alegría. La rubia se ruborizó con furia ante la emoción de su madre.

—¿Y Rory? —preguntó Austin, sacando su atención de la computadora solo para dirigir una mirada llena de burla hacia su hermana . La rubia rodó los ojos ante la imprudencia de su hermano, pero agradeció que su madre repitiera:

—¡Tu primera novia! ¿Cómo van las cosas, cariño?

—Increíble —respondió tomando un par de galletas. Le fue inevitable no sonreír cuando comenzó a pensar en su relación: —Ella es muy dulce, y recién la llevé al departamento para que conociera a mis hijas. Meredith la adora —Andrea soltó una carcajada.

Delicate || T. SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora