Delicate || T. S

17

Alisha.

Tal y como prometí, en cuando volví a New York me comuniqué con las amigas de Taylor para salir una noche. Acordamos ir a un prestigioso club el sábado; justo en mi primer día libre. Las chicas se habían e enterado —gracias a la rubia—, que el pasado 29 de Abril fue mi cumpleaños así que no me dieron opción de cancelar la salida.

La verdad es que no podría haber estado más arrepentida de salir. Las grabaciones me habían dejado agotada y solo quería regresar a casar y dormir quince horas. Extrañaba a Willow con todo mi corazón y aunque sé que Ryle lo estaba cuidando muy bien, desearía quedarme sobre el sofá viendo una película con él acostado en el suelo.

Como sea, era tarde para pensar en eso, así que utilicé todas mis fuerzas para prestar atención a la conversación, que de pronto me resultó interesante ante la mención de Lawrence.

Justo cuando voy a preguntar por ella, sentí una mano tocarme el hombro y de pronto sus labios se estamparon en mi mejilla.

—¡Mi chica bonita! —dijo con entusiasmo, sorprendiendo a todas. No es de extrañar que Jenn y yo nos llevemos tan bien, tenemos personalidades bastante similares, pero nadie más podría saberlo.

Dejé que saludara a las demás, pero en cuanto terminó, tomé su mano y la llevé a la barra. Necesitaba hablar con ella a solas.

—No tienes idea de lo mucho que necesito embriagarme —suelto mientras esperamos nuestras bebidas.

—Nena, bienvenida al club.

—No, de verdad, lo arruiné con Taylor.

No sé de donde surge mi confianza, pero es como si supiera que mis secretos estarían a salvo con ella.

—Necesito detalles —dice, entrecerrando los ojos.

Suspiré y sin dudarlo comencé a contarle toda la historia. Desde el día uno hasta su visita inesperada en Australia.

—¿Por qué rechazó la cita? Digo... hizo de todo para enamorarte —preguntó cuando terminé de hablar.

—¿Verdad? Quiero decir, también lo notas, ¿no? Pensé que era mi imaginación o que estaba viendo señales donde no las había, pero...

—Alisha, es obvio que ella está interesada en ti. Tal vez está asustada, la pobre acaba de salir del clóset. Bueno, ni siquiera salió, la sacaron con una foto borrosa por twitter.

Exhalo con fuerza pero me animo cuando finalmente tenemos alcohol frente a nosotras. Jennifer pide una botella de inmediato, así que me tomo la bebida de un solo trago.

—Bueno, también estoy asustada, pero no soy una cobarde.

Mis palabras la dejan pensando. No es que no entienda su situación —porque vivimos en realidades muy distintas—, pero tampoco ha sido fácil para mi. Y salir con ella no hará mi vida más sencilla; aún trato de obtener más papeles y tener novia no me abrirá puertas. El mundo no funciona así.

Jennifer parece entender mi punto, lo noto en la forma en que sus ojos se suavizan.

—Bien dicho. Te propongo algo: emborracharnos.

Me quedo esperando que agregue algo más, pero no lo hace. Frunzo el ceño antes de reírme.

—¿Eso es todo?

—¿Tienes un mejor plan? —inquiere. Niego y resoplo con fastidio, así que termino dándole la razón.

Regresamos junto a las chicas unos veinte minutos después. Los tragos estaban haciendo su efecto, así que cuando vi a Alex Turner saludando a Taylor lo primer que pensé fue: ¡Debo saludarlo!