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In the meantime
Mi suerte con las chicas siempre había sido simplemente fatal. Siempre era "oh tú eres Christian Pulisic, ¿quieres acostarte conmigo?" O "Christian llévame a tus partidos" y cosas así. Siempre me buscaban por ser un futbolista famoso y no por quien realmente soy yo. Y amo mi trabajo, amo poder haber alcanzado todos mis sueños, amo poder estar donde estoy con unos amigos a los que realmente quiero, amo a mi equipo y estoy muy agradecido con la vida por todos los logros que me ha permitido obtener en mi carrera. Pero a veces, si quisiera a alguien además de mi familia para poder compartir todos mis logros. Alguien que me viera como el chico estadounidense que luchó y alcanzó sus sueños y no como el famoso futbolista estadounidense que está triunfando en Europa.
Y aquí estaba Caroline, justo después de darme un fogoso beso. Y sé que ella si me ve como "Christian" y no como "Pulisic", sé que para ella pasa a un segundo plano que yo sea futbolista, pero aún así, hay algo con ella que no me hace sentir del todo completo. Y ese algo tiene nombre y apellido; Mason Mount.
Ha sido obvio para todos que existe una conexión única entre ella y mi compañero de equipo, más allá de su amistad. Entonces me hace sentir un poco mal que me bese sabiendo que realmente no está cien por ciento segura de hacerlo y que quizá querría que fuese Mount quien lo haga, pero aún así me besa por los efectos del alcohol o por cualquier otra cosa. No me gusta ser una segunda opción, o a veces simplemente nisiquiera serlo porque como dije, mi suerte con las chicas es desastrosa.
Y mi oportunidad de intentar algo más con ella se va completamente al carajo cuando llega Mason y nos interrumpe llevándose a Caroline sin poder decir algo. Pero seamos realistas, jamás tuve una verdadera oportunidad con la pelirroja.
—¡Pulisic! A quien estaba buscando— habla Mount pasando su brazo por mis hombros— Ella es Aurora, estoy seguro que se llevarán muy bien— señala a la rubia.
Saludo confundido a la chica frente a mí con un movimiento de mano y ella hace lo mismo.
—Espera... que...— no me deja terminar pues da unas palmadas en mi espalda y arrastra rápidamente a Caroline lejos de nosotros.
Aurora y yo nos quedamos en un silencio un tanto incómodo durante unos minutos hasta que me armo de valor y decido romperlo.
—Yo... lo siento, por eso— señalo a Mason— Fue raro.
—Si un poco— contesta— pero no hay cuidado— me da una sonrisa que me tranquiliza.
—Soy Christian, por cierto— me presento extendiéndole amablemente mi mano.
—Aurora— la toma y el contacto con su suave piel me hace estremecer— Dime Christian, ¿a qué te dedicas?— pregunta y me sorprendo porque al parecer, no sabe quién soy.
