Capitulo 31: Eres mi todo

65 4 1
                                    

Capitulo 31: Eres mi todo.


El apartamento de Anna se había convertido en un refugio cálido y acogedor para Elsa. La rubia platinada estaba sentada en el sofá, envuelta en una toalla mientras se secaba el cabello. Anna, con una taza de chocolate caliente en cada mano, se acercó y le ofreció una de ellas.


—Aquí tienes, extrañabas mi chocolate especial, ¿no? —dijo Anna con una sonrisa tierna mientras se sentaba a su lado. Elsa tomó la taza con gratitud y asintió con una sonrisa suave.


—Sí, lo extrañé mucho. Nadie hace chocolate como tú— Anna rió

y le dio un suave golpecito en el hombro.


—Soy insuperable en eso, ¿verdad?


Elsa asintió y luego suspiró, mirando la taza de chocolate como si buscara valor en su interior. Anna se sentó a su lado, sosteniendo su propia taza de chocolate caliente, y sonrió.


—Es bueno tenerte de vuelta para que lo disfrutes —respondió Anna con un brillo de felicidad en sus ojos. —Ahora cuéntame, Elsa. ¿Qué demonios pasó? ¿Por qué llegaste empapada hasta los huesos a mi puerta en medio de la noche?


Elsa suspiró y comenzó a relatar lo que había sucedido en los días que habían estado separadas. Habló sobre la confrontación que tuvo con su abuelo, y la presión abrumadora que había estado sintiendo desde entonces. También le contó sobre la charla que tuvo con su madre e incluso sobre aquella conversación que logro escuchar entre su abuelo y su padre. Le contó cómo había sentido que navegaba en aguas turbias, atrapada en un torbellino de expectativas y responsabilidades. 


Mientras hablaba, Elsa miraba fijamente su taza de chocolate caliente, como si encontrara consuelo en su aroma reconfortante. Anna la escuchó con atención, asintiendo de vez en cuando para mostrar que estaba allí para apoyarla. Cuando Elsa llegó a la parte de lo que había pasado en el mirador, Anna no pudo evitar hacer un comentario humorístico.


—¿Gritar en el mirador en medio de la tormenta? Suena muy dramático

pero ¿No pensaste que eso era peligroso? —preguntó Anna con una sonrisa traviesa.


Elsa rió, aliviada por la ligereza que Anna siempre aportaba a cualquier situación.


—Sí, creo que no fue la mejor idea que he tenido en mucho tiempo. Pero en ese momento, necesitaba un lugar para desahogarme y

solo conduje hasta llegar a ese lugar, ni si quiera me percate

del cielo nublado o de otra cosa.


Después de algunas risas y sorbos de chocolate caliente, Anna decidió compartir sus propias experiencias de los últimos días. Le contó a Elsa sobre la profunda tristeza que había sentido, sus miedos de que su relación se hubiera desmoronado para siempre, y cómo había llegado a temer que su amor fuera solo un amor fugaz. 


—Me sentí tan perdida sin ti, Elsa. Pensé que ya no eras mi novia, que todo lo que compartimos había desaparecido. Extrañaba cada detalle tuyo, tu sonrisa, tus abrazos, tus palabras. Extrañaba a mi Elsa.

La Chica del Departamento 302 [Elsanna, AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora