Capítulo 13: Un Plan es Mejor que Nada

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UN PLAN ES MEJOR QUE NADA

Al principio la idea de entrenar con Lux, la daga, me pareció ridícula. No es hasta el final del segundo día cuando comienzo a ver los resultados. Lentamente, puedo notar como mi regeneración mejora.

Tres días. Ese es el tiempo que me llevó superar la prueba. Suelto un suspiro cuando Blanca detiene el conteo de su cronometro en cinco.

—No fue difícil ¿eh?— musita Blanca —Pensé que tardarías más.

—Lo dices como si hubiera sido sencillo— protesto, apoyándome en la pared para descansar.

Me arden las manos. Las observo mientras la regeneración hace su trabajo. La piel herida se cura a una velocidad sorprendente, cerrando la carne quemada con rapidez. Tal vez sea mi imaginación, pero creo que si me concentro soy capaz de escuchar el sonido que produce la piel al regenerarse.

—No puedo creer que me haya atrasado tres días en esto— digo, mirando a Blanca. Me aparto de la pared —¿Qué sigue?

Blanca no responde al instante. Se inclina para rescatar la daga del suelo y la vuelve a colgar de su soporte en la pared. Cuando está convencido de que Lux está segura, responde:

—He notado que eres capaz de utilizar la velocidad y audición casi completamente. Esas las puliremos luego. Lo que realmente me gustaría que aprendieras ahora es a usar una habilidad en especial que, estoy seguro, te será muy útil en el futuro— mi mentor camina hasta detenerse frente a mí —¿Sabes algo del control mental?

***

Básicamente, sabía lo que significaba control mental. Pero ponerlo en práctica resulto ser más complicado de lo que parecía.

Según Blanca, todo se realizaba a través de la mirada. Al observar a mi víctima, debía introducir mis órdenes en su subconsciente con sugestión. Todo esto, por supuesto, sin que él o ella se dieran cuenta. Si lo lograba, debería ser capaz de cambiar pensamientos y moldear emociones a mi antojo.

Una herramienta muy útil. Si tan solo pudiera dominarla.

Sing, quien se ofreció voluntario para ayudarme, le lanza una mirada nerviosa a Blanca, repentinamente acobardado.

—¿Seguro de que no dolerá?

—Para nada— mi maestro se cruza de brazos, recostado contra la pared.

Las cejas arqueadas de Sing muestran desconfianza.

Sin embargo, Blanca tuvo razón; Sing no sufrió daños en absoluto. Porque ni siquiera pude llevar a cabo el control mental.

—Intentémoslo de nuevo— Blanca aplaude, llamando mi atención —Vamos a…

Un fuerte sonido ahoga el resto de sus palabras. Una explosión.

Acto seguido, un fuerte temblor sacude la casa.

Eiji.

Antes de que siquiera se forme el pensamiento en mi mente, ya me encuentro a mí mismo atravesando la puerta de acero reforzado y subiendo las escaleras hasta el piso superior a toda velocidad. Sin perder tiempo, extiendo mis sentidos por toda la casa, localizando a Eiji en la sala de estar, junto a Xiao Yun y Yut Lung. Su olor es destacable entre los otros dos, y parece asustado.

—¿Qué fue eso…?— Eiji le está preguntando a Xiao cuando entro. Entonces se da cuenta de mi presencia y parte de la tensión en su rostro desaparece.

—Se escuchó afuera— dice Yut Lung.

—Nos están atando— Xiao suelta el té que estaba bebiendo y corre a las ventanas para analizar la situación —Alguien está intentando romper las protecciones.

Cautivo [AshxEiji] |En Corrección|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora