Capítulo 18: Dos Monstruos

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DOS MONSTRUOS

Las cortinas deberían haber sido lo suficientemente gruesas para impedir la entrada del sol. No lo fueron. Conforme avanza la mañana y la luz se va volviendo cada vez más intensa, un doloroso ardor comienza a extenderse por mi piel. Inicialmente, el rostro, luego los brazos, finalmente todo lo demás. Al observar mi brazo derecho, lo encuentro ligeramente enrojecido. Esto no es algo en lo que haya pensado detenidamente. Vivir normalmente, sin magia protegiéndome del sol, es imposible. Por otro lado, pasarme la vida huyendo de la luz solar parece una tarea ardua y complicada.

Ese será un problema que tendré que resolver luego de asesinar a Dino. Si todo sale bien, eso ocurrirá pronto.

El tiempo pasa lentamente.

Mientras espero, escucho como transcurre el día en la mansión de Frederick. Los sirvientes caminan de un lado al otro, completando sus quehaceres. Puedo diferenciar a los guardias de los sirvientes de más bajo rango por sus voces altivas. Son ruidosos. Por la cantidad de guardias, diría que Frederick es una persona extremadamente paranoica. Aunque ¿Quién no lo sería, teniendo en cuenta su reciente rencilla con Golzine?

Hay dos hombres armados en la puerta, fuera de la habitación en la que estoy. Es ridículo. Luego de presenciar la carnicería de antes, Frederick ya debería haberse dado cuenta de que dos personas no serían suficientes para detenerme.

A la distancia escucho a Frederick acercarse, distinguiendo su manera caminar firme y fuerte de los demás. Sentado en uno de los sofás color vino en la habitación, lo esperó pacientemente. Cuando finalmente Frederick abre la puerta, lo escucho decirles a sus hombres:

—No quiero que nadie nos interrumpa.

—Sí, amo Black— responden ambos guardias al unísono.

Observo a mi anfitrión detenidamente mientras camina en mi dirección. Frederick lleva un traje diferente al que le vi más temprano, uno de color gris carbón. Su cabello está pulcramente peinado hacia atrás, mostrando una imagen de elegancia y opulencia, como si estuviera preparado para asistir a una reunión con el Primer Ministro de Inglaterra apenas terminemos.

Lánguidamente Frederick se deja caer en un sillón idéntico al mío. Nuestras rodillas están peligrosamente cerca, casi rozándose. Desde afuera, cualquiera podría pensar que somos un par de amigos reuniéndose. Nada estaría más lejos de la realidad.

Con esfuerzo oculto la repugnancia y el odio que siento hacia él de mis facciones, asegurándome de mostrar únicamente tranquilidad. No es complicado. Años de mentiras y actuaciones me han otorgado suficiente experiencia para hablar tranquilamente con gente despreciable.

—¿Has estado cómodo?— Frederick se apresura a preguntar.

Hago un gesto lánguido con la mano derecha.

—Es una bonita habitación.

—Tu piel luce enrojecida— Frederick finge preocupación —Lamento no poder ofrecerte nada mejor. Consideré traerte un refrigerio. Sin embargo, debido a tu condición… ¿Algo de sangre estaría bien?

—Descuida.

—Claro, por supuesto. Estamos aquí por negocios. Aunque, antes de comenzar con eso, hay algo de lo que me gustaría hablar contigo.

Alzo una ceja interrogativa. Frederick continua, inclinándose hacia adelante.

—Mi mascota, el chico que conociste en el teatro. Quiero saber cuál fue tu motivación para robarlo.

—¿Tú mascota?— parpadeo inocentemente —Claro, lo recuerdo. Aunque no tengo nada que ver con eso. ¿Seguro de que no huyó por sí mismo?

—Lo que me causa curiosidad, es la razón— prosigue, como si yo no hubiese hablado.

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⏰ Última actualización: Sep 21 ⏰

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