El haber recibido una citación de Price en un estudio cerca a las oficinas secretas de las Fuerzas Especiales francesas fue lo que extrañó a los soldado involucrados, pero aún así asistieron ya que sabían que se trataba de la misión que tenían encargada.
Llegar ahí había sido muy fácil. En ése lugar, prestado por los franceses, solían hacer sus reuniones las fuerzas especiales escocesas, además de permitirle a Price y su equipo instalar todo lo necesario que fueran a usar y así tenían un lugar desde dónde trabajar con los demás.
En una de las oficinas, que tenía una hermosa vista a la torre más visitada por los turistas y parisinos, la Torre Eiffel, es que estaban todos, esperando a saber por qué se habían reunido ahí.
Gary seguía impresionado de ver a MacTavish vestidor como soldado. Al parecer era el último en esteraste que Jhonny se había unido a las Fuerzas Especiales, y justamente a las Escocesas. Tener que compartir trabajo con él sería molesto.
¿Tan bueno era en su trabajo?. Aunque, no iba a permitir que lo intime. Tenía más experiencia que MacTavish en el campo de combate.
Y Simon simplemente observaba en completo silencio lo hermoso que se veía Jhonny ésa tarde. Con su uniforme se veía más que bien, y le era inevitable no imaginarse haciendo muchas cosas con Jhonny vestido así.
– Límpiate la baba, Simon. Provocarás una guerra... – Murmuró König cerca de su oído, haciéndolo suspirar mientras asentía. Lo mejor era disimular y así evitarse una pelea con Jhonny delante de los demás.
– ¡Bien, muchachos, escuchen con atención!. ¡Los reunimos aquí porque tenemos información acerca del avance de la misión de captura de Tiffany Massotino!. ¡El sargento MacTavish lo comentará al respecto y luego nos dirá cómo proseguir!... – Hizo silencio apenas vió a Gary alzar su mano, confundido quizás. Asintió, dándole la palabra.
– Tengo una duda y es simple. ¿Por qué un novato como el sargento MacTavish está a cargo de ésta misión?. ¿Y por qué debemos de seguir sus órdenes?. La captura de Tiffany en su inicio estuvo a cargo del teniente Riley. – Pudo ver una pequeña sonrisa en el rostro de Jhonny, aunque terminó riendo con ironía. De verdad que no se soportaban el uno al otro. Y Simon simplemente evitó meterse en la conversación. Prefería mantenerse alejado y solamente actuar si Gary decía algo fuera de lugar...
– Es cierto, pero te recuerdo que el Teniente Riley fracasó por tú causa, Sanderson. – Price apoyó su cuerpo contra un escritorio, serio. – Por decisiones del general de las Fuerzas Especiales Escocesas es que el Sargento MacTavish lleva adelante ésta misión. Y el General Sheperd ha estado de acuerdo con ésa toma de decisión. MacTavish está a cargo y seguiremos su plan al pie de la letra.
– Si usted no está conforme, puede bajarse de la misión sin problemas, sargento Sanderson. Nadie lo ata. – Jhonny simplemente quería reírse ante las expresiones de Gary. Sería molesto pero divertido trabajar con él. – ¿Alguna otra duda?.
–... No.
– Bien.
– MacTavish sí que tiene carácter,... – Murmuró König, nuevamente cerca del oído de su compañero.
– Ni que lo digas. Se ha vuelto un insoportable, y me encanta. – Aún con su máscara puesta no pudo evitar sonreír, mirando a Jhonny con orgullo. Sí que se había convertido en un soldado eficiente.
– En fin... Tiffany Massotino se ha contactado conmigo para confirmarme que aceptará la remodelación de su joyería. Yo estaré a cargo de la misma, así que necesitaré un equipo para trabajar. Pues, haremos la colocación de las cámara y micrófonos dentro del establecimiento de ella para intentar extraer el mayor número de información que nos sea posible, y así también descubrir donde guarda los documentos de su padre. – Para Jhonny le fue imposible no sentirse importante en ése momento. Todos sus compañeros estaban atento a él, prestándole atención a sus palabras, y obviamente le ayudarían. Contando con el apoyo no solamente de su capitán, si no también del Capitán Price y de su general. Sentía que estaban depositando toda su confianza en él, y por eso no debía de fracasar la misión. Aportar para sus compañeros lo hacía sentirse orgulloso de si mismo.
