Capítulo 8

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...!... Lo sentimos. El número que usted llamó está apagado o fuera del área de cobertura. Inténtelo de nuevo más tarde.

– Maldita sea, Joseph...

Soltando un pesado suspiro, se sentó en la escaleras fuera de la casa del hombre, odiando el haber cometido la estupidez de llegar a ése límite. Si se hubiera negado a ver la pelea, quizás estaría en su casa, mirando alguna película de Tarantino. Pero no, tuvo que ceder a la estupidez de su amigo, bravo.

Supuso que estaba en casa de Tiffany, admirando la colección de autos de carrera, si no, ¿en qué otro lugar podría estar a ésa hora?.

¿Debía de volver a casa?. Su miedo de volver y verlo ahí era aún mayor.
¿Quién rayos se metía con un delincuente como el tal Simon?. Seguramente había llamado a su gente para buscarlo. Además... Recordó el detalle de haber escuchado una conversación. Al parecer el jefe de Ghost se llama Massotino, y también, según él entendió, es un mafioso.

Y ahí es cuando Jhonny deseó con todo todo su ser el estar muerto. La cosa cada vez empeoraba cuanto más lo pensaba.
¿Cuándo acabaría la pesadilla?.

Resignado, sabiendo que su amigo no llegaría hasta más tarde, es que comenzó a caminar por el vecindario, alejándose del hogar de Joseph.
Para su suerte la noche estaba tranquila, y no hacía nada de frío. Mucho mejor para él.

Observaba las tranquilas calles, gente saliendo de bares o yendo a discotecas... La magia de la ciudad de Washington en todo su esplendor.

¿Y si iba hacia algún bar y bebía algo hasta el amanecer?. Bueno, llegar ebrio al trabajo no era una opción, y si bien consideró el ir a casa de sus padres, no quería que ellos estén enterados de la situación y de la clase de personas que visitaban a su único hijo. Les quería ahorrar una preocupación extra.

Viendo cerca un parque es que se dirigió a éste, sentándose en uno de los pequeños banquito frente a una hermosa fuente de tres caballeros peleando por el amor de una princesa... O éso decía la descripción de la estatua en la placa que tenía adelante de la misma, sobre el borde de la fuente.

Y justo ése momento, aprovechando el silencio y la tranquilidad del lugar, es que se cuestionó todo lo sucedido hasta ahora.
¿Por qué el tal Ghost se había casi obsesionado con él?. ¿Acaso se estaba vengando por haber buscado problemas?... Seguía maldiciendo ése día, y lo haría hasta morir. No debió de cometer la estupidez de buscar problemas...

¿Qué sería de su familia de un tiempo en adelante si éste tipo y su gente seguían visitando su restaurante y cafetería familiar?. Las probabilidades de ir a la cárcel eran muchas.

–...! – Rápidamente de su bolsillo sacó su celular, notando que quien llamaba era Joseph. Al fin. – ¡Maldición!. ¡Llevo llamándote hace casi dos hor-!

“– Lamentablemente no soy tu amigo. Él, bueno, no dijo que tenía poca tolerancia al alcohol y ahora lo estoy llevando a mi casa, en mi auto, porque no sé dónde vive. Apenas y lo conozco. Está muy mal, bebió demasiado.”

– ¿¡Disculpa!?. ¿¡Quién eres!?.– Rápidamente se levantó de su lugar, caminando hacia la calle para poder detener algún taxi y así ir hasta donde tenían a su amigo.

“– Nos conocimos hoy. Soy Philips Graves. Tranquilo, él está a salvo, no te preocupes. Quería que tú-”.

– ¡Envíame la dirección de tú casa, iré por él!.

Cortó la llamada rápidamente, deseando que pronto llegara aquel mensaje con la dirección.
Y sí pasó, y para su suerte justamente pudo frenar un taxi, el cual se tomó y así indicó la dirección de donde iría.

Final Round Donde viven las historias. Descúbrelo ahora