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—No sé por qué acepte venir a esta tontería—murmuró Katsuki en cuanto entraron al bar y la animosidad del lugar invadió sus sentidos.

—¡Ah, vamos, Bakugou, a nadie le hace mal divertirse de vez en cuando! ¿Hace cuanto que no te tomas un respiro del trabajo? ¡este año no siquiera has tomado vacaciones!—exclamó Kaminari, colgándose de uno de sus hombros.

—Apenas es primavera, idiota.

—Da igual que sea primavera o invierno, Kamibro tiene razón, necesitas divertirte un rato, Blasty—apoyó Kirishima, rodeándolo por el cuello—. Además, hasta donde sé, no has ganado la apuesta con Mina y hoy es el último día, así que aprovecha la oportunidad.

El rubio negó en desaprobación, estando a punto de responder cuando Denki lo interrumpió una vez más.

—Hablando del rey de Roma, al parecer está atento a tu llegada—señaló sin preocupación, tentandolo a mirar en su dirección. No quería verse muy obvio, pero desde que puso el pie en ese lugar, sus sentidos se agudizaron buscando a Deku entre la multitud.

Le chocaba un poco que Kaminari lo hubiese encontrado primero.

—Eso es cosa que no les importa, entrometidos de...

—¡Chicos, hola!

El saludo de la chica cola de caballo y la tipa orejas lo interrumpieron, enfadandolo un poco si tenía que ser sincero.

Así que como no era el tipo de persona persona finge por convivir, no prestó atención a lo que sea que dijeran después del saludo.

En cambio cedió a la tentación de por fin mirar en dirección a Deku. No va a mentir, Kaminari tenía razón al decir que el pecoso estaba atento a su llegada, pues no dejaba de sentirse observado; por eso fue que terminó devolviendo la mirada antes de volverse loco.

Cuando lo hizo rápidamente escaneo su vestimenta. Vestía con unos jeans y una sudadera de color menta simple que estaban muy fuera de lugar para un sitio como ese, pero no podía decir que lucía mal, sino todo lo contrario.

Lo segundo que vio fue como, justo en el momento en el que sus miradas conectaron, el bastardo bicolor llegaba a donde Deku y llamaba su atención, alejando su mirada de él.

No puede negarlo -y si lo intentara su ceño fruncido lo delataría-, le molestó un poco.

—¡Vamos a divertirnos, Katsubro!—Exclamó Denki, tirando de la brazo y haciendo que apartara la vista al pecoso de ojos verdes.

Bufó, pero se dejó llevar sin poner objeción a través de la gente y el olor del aromatizante artificial.
Cuando llegaron a donde Mina y Uraraka charlaban, se percató de que se sentía algo extraño, como con cierto nivel de relajación, lo que era extraño ya que hasta hace apenas unos segundos estaba ligeramente enfadado.

—Ahora volvemos, iremos por más tragos—anunció Uraraka apenas unos segundos después de que llegaran y se llevó a Denki dando saltos hasta el área de bebidas.

Habían pasado apenas unos minutos de que llego a esa estúpida fiesta mal organizada y seguía sintiéndose observado. No era tonto, sabía que era Izuku quien lo veía, cosa que le hacía sentir una mezcla extraña de orgullo y falta de privacidad.

—¿Listo para tu derrota, Katsuki?—dijo Mina con sorna.

—Eres terrible, ojos de mapache—devolvió arisco—. Y eres jodidamente molesta al hacer esta mierda, ¿quién te dijo que necesitaba un empujón?

—Ya hemos discutido esto antes, Bakugou.—Y sí, lo habían hecho, luego de que Uraraka lo anunciara a todos en la sala de investigación—. Así que aprovecha la última oportunidad o siéntate a mirar cómo te gano.

Desapego || Dkbk-BkdkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora