16. Felix

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—¿Te duele si aprieto aquí?

—No lo hagas fuerte.

Volvió la mirada apenas. Sus ojos oscuros se clavaron en las grandes manos que apretaban la delgada cintura de Yang JeongIn, mientras volvían a acomodarle la gaza y la medicina. De vez en cuando, retomaba la tarea de armar brochetas de carne y pollo con verduras. Alrededor solo se sentía el ligero aroma de las especias, de la sopa de calabaza que estaba haciendo ChangBin a un lado y los suaves susurros de HyunJin, mientras revisaba todo punto sensible en la herida de su Omega.

—Me duele, deja de hacer eso —murmuró JeongIn, atrapando las manos del Alfa sobre su vientre. Felix los miró, atento, mientras HyunJin, de cuclillas frente al Omega, le explicaba de forma serena la importancia de la revisión. El rubiecito siguió con su trabajo en la cocina, tomando un corte de pollo envuelto en panceta. Lo hacía con rapidez, grabando en su cabeza la linda e íntima imagen de aquellos dos. Los dedos de HyunJin acariciaban suavemente la piel lastimada de JeongIn, atento, cuidadoso. El pequeño Omega presionó los labios, ni siquiera se percataban de su alrededor.

—Oye, tienes buena mano para la cocina —escuchó a su lado. Felix elevó apenas la mirada, encontrándose con los ojos rasgados de aquel moreno beta con mullets. El pecoso se sonrojó, bajando la mirada a los brazos ajenos, a sus manos. Inconscientemente su Omega buscó feromonas en aquel, en su piel, su entorno. Sin embargo, solo sintió un suave aroma a perfume, tenue, impregnado tal vez en la ropa, en los cabellos. El rubio lo miró de reojo, ChangBin era un poco alto, no tanto como Chris, pero a pesar de su clara naturaleza había en su presencia una caricia dominante. Tal vez era su mirada, su rostro. Tenía la ceja izquierda atravesada por una pequeña cicatriz y sus ojos oscuros eran profundos. No había tenido muchas oportunidades para hablar con él. Aunque SeungMin decía que era el sueño de todo chico.

—Me gusta cocinar —respondió, acomodando los resultados sobre una bandeja. Alejó todos esos pensamientos de su cabeza, incluso la leve atención al atractivo ajeno. De pronto, dejó de oír las voces de JeongIn y HyunJin, comprobó que ya no estaban e incluso el rastro del botiquín había desaparecido—. Uhm... ¿hace mucho... se conocen todos ustedes?

—Ah, sí, de niños. Con HyunJin vamos al mismo instituto y a Chris lo conocí porque sus padres son proveedores del restaurante donde trabajan mis papás. Minho vino después, al principio no me caía pero... es un buen tipo. A pesar de que, uhm, dé un poco de miedo.

—Todos los Alfas en mi pueblo dan un poco de miedo —murmuró, terminando de armar la última brocheta. Apartó los utensilios sucios y se alejó apenas unos pasitos, con la debida distancia que creía que se debía mantener sobre las amistades de su pareja—. Digo... los de aquí... son diferentes. Les importa mucho lo que pensamos los Omegas, bueno, al menos... los pocos que conocí.

—¿Cómo? ¿No suelen comunicarse mucho las parejas allá? —preguntó ChangBin. Las mejillas de Felix se sonrojaron, suavemente negó—. Ah... qué mierda. Bueno... Chris no es así, a él le importa mucho que todos estén cómodos, es muy cariñoso y respetuoso. Aunque... bueno, es dominante y también tiene algo de posesivo, mandón, también cuando se enoja el ambiente se tensa un poco. Incluso con los ojos rojos esos que tiene, luce verdaderamente aterrador y es bastante alto y grande para su edad. Me sorprende que aún tenga posibilidades de agrandar aún más su cuerpo. La verdad es...

El beta se volvió, bajando la mirada. Felix se sonrojó furiosamente, encogiéndose de hombros al notar que aquel presionaba los labios.

—Bueno... tú también crecerás seguramente —lo escuchó murmurar—. ¿Ya tienes quince, no?

—Aún no.

—Vaya... y Chris cumplirá diecisiete —los ojos de ChangBin se agrandaron, justo en el instante que pequeñas manitos lo tomaron de la cintura. Los brazos de SeungMin rodearon al beta, abrazándolo por detrás. Felix apartó la mirada, sonrojado, cuando notó que ChangBin se quejaba ante la mordida que su castaño amigo le dio en el hombro.

HADO • HyunInDonde viven las historias. Descúbrelo ahora