Suspiró una vez más, aquel pelinegro era tan bonito, si tan sólo Jake se fijara en él sería fantástico, había hecho de todo para gustarle pero era un chico desinteresado en el tema amoroso, no sentía que avanzaba con él; su vida ya era miserable, y lo era aún más sin ser correspondido por la única persona que amaba.
- Podrías disimular un poco. -el rubio le dio un pequeño empujón con su codo y rió. Sunghoon cerró su boca y frunció su ceño antes de girarse a su amigo.
- Buh, es porque tú no sabes lo que se siente amar a alguien así. -apoyó su mentón en la palma de su mano.
Heeseung sonrió levemente y bajó su mirada, claro que sabía cómo se sentía el amar y no ser correspondido, sin embargo esa persona ya no estaba a su lado, eso dolía más aunque no por eso haría menos lo que su amigo sentía; Sunghoon no lo sabía así que para disimular sólo rió y con suavidad golpeó el hombro del castaño.
- Vámonos a clases. -sujetó su brazo para arrastrarlo consigo hasta el aula.
Entraron y tomaron asiento donde siempre, al fondo del salón lado derecho, Sunghoon se sentó detrás de Lee. No tardó en llegar Jay, quien tomó asiento frente al rubio; luego de unos minutos se giró para mirar a sus dos amigos con una ligera sonrisa emocionado.
- ¿Ahora qué pasa? -preguntó el rubio contagiandose por la sonrisa ajena-. ¿Jungwon al fin te hizo caso?
- Si fue así dile que le diga a Jake que me mire. -refunfuñó Sunghoon haciendo un puchero.
- No, Jungwon no se ha fijado en mí. -frunció su ceño-. Pero no te desanimes tampoco, estoy seguro que ahora tu vida será mejor, Sunghoon. -musitó con una sonrisa.
- Tu positividad me causa náuseas. -suspiró rendido.
El salón de clases se calló cuando el profesor entró junto a un chico de cabello negro, todos lo miraron atento a excepción de Sunghoon, quien para él era un alumno más y ya estaba, no había porqué hacerla de mucha emoción. Sí, Park estaba lleno de negatividad.
Cuando sintió un pequeño golpe por parte de su mejor amigo, se quejó un poco y sin muchas ganas miró a ese chico, parecía buscar a alguien hasta que sus ojos se pusieron sobre él, hicieron contacto visual. No pudo evitar fruncir su ceño ante la mirada ajena, parecía que ese chico había encontrado su objetivo en un juego de guerras.
- Mi nombre es Nishimura Riki. -habló después de apartar la mirada del castaño-. Es un placer conocerlos.
- Puedes tomar un asiento libre de todos los que hay. -dijo el profesor con una ligera sonrisa amable.
Fue al otro lado del aula después de haber mirado a Jay con discreción, y tomó asiento junto a una chica de cabellera roja.
La primera clase comenzó, no era tan difícil estar ahí para Niki, en realidad sabía absolutamente todo, los estudios nunca fueron un problema para él y menos tras haber pasado de todo.- ¿Puedo quedarme con ustedes? -preguntó tras colgar la mochila en su hombro, mientras miraba a los tres chicos que se dirigían a la salida.
- Claro. -respondió el chico de cabello largo-. Soy Park Jongseong pero puedes decirme Jay, ellos son mis amigos, Lee Heeseung y Park Sunghoon-los dos mencionados hicieron una reverencia.
- Es un placer, soy Nishimura Riki, pero díganme Ni-Ki. -al igual que ellos dos, hizo una pequeña reverencia.
- No te encariñes conmigo, ya pronto me iré de esta asquerosa vida. -se apresuró a decir el castaño sin muchos ánimos antes de empezar a caminar por los pasillos mientras el resto le seguía por detrás.
- Que negativo. -comentó el pelinegro frunciendo un poco su ceño.
- Sí, y así seguiré por el resto de mi vida. -respondió soltando un suspiro cansado al final.
- Lo dudo... -susurró para sí mismo.
Salieron a la cafetería frente al edificio, Ni-ki esperó pacientemente sentado en una de las tantas mesas a que los demás volvieran, mientras estaba ahí aprovechaba para observar a su alrededor. Como en cualquier típica preparatoria, habían mesas especiales, podía deducir fácilmente cual era la mesa popular, la mesa nerd, la mesa antisocial y así podría seguir todo el día.
Alzó la vista al notar a dos chicos pasar junto a él, dos pelinegros igual que él. Uno de ellos lo miró atento por unos segundos que parecían eternos, Ni-ki también lo observó y no apartó su vista de él hasta que una voz irrumpió en sus pensamientos, era Jay.
- Ni se te ocurra, ese chico ya está apartado por mí. -se sentó frente a Ni-Ki.
- Tampoco se te ocurra mirar al otro, ese está apartado por Sunghoon aunque ese chico no sabe de su existencia. -soltó una risa junto a Heeseung. Sunghoon sólo rió irónicamente.
- Parece fácil burlarse cuando tú no pasas por eso. -gruñó molesto mientras se sentaba al otro extremo de la mesa.
Heeseung y Jay guardaron silencio, el segundo de ellos miró al primero y pudo notar su expresión inmediatamente, era una reacción mala pero tampoco podía hacer mucho, Lee ni siquiera sabía que Jay tenía conocimiento sobre aquello, sobre aquel chico. Rápidamente puso su mano sobre la mesa y llamó su atención.
- Hay que comer, no desayuné esta mañana y me muero de hambre. Dame tu jugo, Hee. -sin esperar respuesta tomó el jugo del rubio y bebió un poco de éste.
- ¿Será que la cocinera al fin puso veneno en mi comida? -murmuró el castaño picando su sandwich.
- Realmente eres muy negativo. -Niki insistió una vez más.
- ¿Te molesta?
- Me molesta.
Otro silencio, pero esta vez por parte de ellos dos, Sunghoon no podía decir que le caía mal, pero por qué estaba siendo tan grosero, después de todo Ni-ki fue quien quiso estar ahí con ellos. Por otra parte, el pelinegro comenzaba a fastidiarse por la "personalidad" ajena, peor aún, tenía que soportarlo por quién sabe cuánto tiempo.
Sunghoon caminó a su casa, las clases habían finalizado y para su mala suerte llovería pronto, no llevaba consigo un paraguas y odiaba mojarse. Corrió hasta su destino durante unos minutos, la lluvia igual lo había alcanzado así que cuando entró a su casa refunfuñó enojado.
Subió hasta su habitación y tiró su mochila a un lado de su cama, suspiró cansado una vez más, ¿Ya había mencionado que odiaba su vida? Se quitó la corbata y junto a ella sacó su saco del uniforme, los cuales tiró a la cama. Cerró sus ojos para relajarse un poco, el silencio de su casa le relajaba, se había acostumbrado a ello.
- Wow, sólo viéndote se me pegaron las ganas de morir.
Sunghoon abrió sus ojos rápidamente al oír aquella voz desconocida, inmediatamente comenzó a buscar a la persona-. ¿Quién eres? ¿Dónde estás?
- Atrás de ti. -el castaño se giró-. En el espejo, tonto.
Finalmente Park fijó su mirada en su espejo de pared pero no vio su reflejo, a cambio de eso miró a un chico pecoso de cabellera rubia. Con cautela y de forma lenta se acercó mientras a su vez tallaba sus propios ojos esperando que eso fuera una alucinación o mejor aún, un sueño.
- Soy real, ¿De acuerdo? -dijo el pecoso-. ¡ESPERA, NO ROMPAS EL ESPEJO, SOY COMO TU PADRINO MÁGICO! -gritó al ver que el castaño tenía intenciones de golpear el vidrio.
- ¿Mi padrino mágico? -frunció su ceño.
- Relájate y empecemos desde cero... -inhaló y exhaló al unísono que el castaño-. Ahora, hola, me llamo Kim Sunoo, es un placer Park Sunghoon.
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Magical Mirror || Sungsun
FanfictionEl espejo de Sunghoon guardaba un gran secreto, a un chico rubio que podía concederle cualquier deseo. Pero el deseo que Park quería tenía consecuencias. •Esta historia NO es mía, todos los créditos van a @CB97ONEB