Entraron al aula, no habían muchos alumnos, solo un par de chicas junto a unos chicos jugando en sus pupitres. Jay sonrió cuando miró a su bonito chico sentado junto a Jake escuchando música tan tranquilamente. Tomó a Sunghoon del brazo y lo arrastró consigo hasta estar cerca de ellos.
— Qué tal. —habló el rubio con una sonrisa, cuando los otros dos se quitaron los audífonos prosiguió—. Jungwon, quería preguntarte algo.
— Dime.
— Este fin de semana mis amigos y yo vamos a beber un poco en casa de Sunghoon, me preguntaba si querías venir. —dijo sin apartar su vista del chico.
— ¿Sólo beber? —el rubio asintió—. Creo que puedo, ahí estaré.
Jay sonrió feliz y después con su codo le dio un pequeño golpe a Sunghoon para que éste le dijera a Jake. El castaño se quejó en silencio y le tiró una mirada a su amigo antes de suspirar y girarse a Minho, quien lo miró atento al notar también la mirada ajena sobre él.
— Tú también estás invitado, si quieres ir está bien. —dijo mientras apretaba con fuerza el espejo que llevaba en su bolso.
— De acuerdo, gracias. —respondió, le sonrió muy ligeramente y después volvió a ponerse un auricular.
Sin decir nada más y sin esperar a que Jay también lo hiciera, rápidamente tomó su brazo y lo arrastró fuera del aula, ésto con ligeras quejas del rubio las cuales no le importaron. Odiaba estar cerca de Jake pero a la vez necesitaba tanto estar junto a él, ¿Era eso extraño?
— ¡Pero Sunghoon! —finalmente habló cuando estaban fuera del salón—. Jungwon seguía mirándome, ¡Pudo haber sido el comienzo de algo!
— Jungwon te hará caso el día que Jake me haga caso a mí, ¿Entendiste? —frunció un poco su ceño.
— No seas tan negativo... —se cruzó de brazos e hizo un puchero molesto—. Algún día se fijará en mí.
— Como digas, iré al baño. Regresa con Hee. —se dio la vuelta para ir a donde mencionó.
Suspiró frustrado, se atrevía a decir que Jay tenía más ventaja con él en el tema del amor. Sunghoon conocía a Jake desde hace más tiempo y aún no lograba nada con él, ni siquiera podía tener una conversación normal porque moría de vergüenza y comenzaba a portarse como idiota.
Se aseguró de que no hubiera nadie y una vez así se lavó la cara tres veces. ¿Por qué Jay tenía que ser tan cool? No lo odiaba, era su amigo pero le enfadaba quizás que fuera tan alegre y positivo, ¿Qué tenía la vida para ser interesante o genial? Nada, no entendía a Jay.
— En verdad me pegas las ganas de morir, pingüino. —el castaño frunció su ceño al oír la voz de su ángel.
— ¿pingüino? Ten más respeto por mí, maldita hada grosera y maleducada. —sacó el pequeño espejo de su bolso y miró al rubio.
— Tú eres el maleducado, inútil, berrinchudo. —le sacó la lengua.
— Seguro soy mayor que tú, cállate mocoso.
— ¿Mayor que yo? —se burló pero al cabo de unos segundos suavizó su expresión—. Podría ser...
— ¿Podría ser?
— Es que no recuerdo mi edad... —murmuró—. No sé nada sobre mí en realidad.
— ... Qué. —ladeó su rostro confundido—. ¿Cómo que no sabes nada de ti?
—se encogió de hombros—. Hay muchas cosas que debes de saber acerca de este mundo, Sunghoon... —rascó suavemente su propio brazo—. Bueno, ¿Tienes algún deseo? —lo miró.
— No, por ahora estoy bien. —el pecoso asintió antes de desaparecer.
¿Sunoo se había puesto triste? Eso último fue muy extraño, ¿Por qué no recordaría nada sobre él? No entendía nada pero sabía que el rubio se había sentido mal con esa última conversación, ¿Debía disculparse? No dijo ni hizo nada malo en realidad. Guardó el espejo antes de tomar aire y salir, topandose con Jungwon en la puerta.
— Disculpa. —dijo el pelinegro antes de mirarlo de arriba a abajo y después entrar.
Caminó por los pasillos sin mirar a su alrededor, seguía pensando en la actitud de Sunoo, ¿Cómo era posible que no recordara nada? En primer lugar, ¿Cómo se convirtió en ángel sin saber nada de él? Es decir, debía tener una historia por detrás pero la expresión del rubio decía que no era así.
— Sunoo. —el rubio apareció en el espejo e hizo un pequeño ruido indicando que ahí estaba—. ¿Puedes detener el tiempo?
— ¿Detener el tiempo? —el castaño asintió—. Sí, creo que puedo.
— Hazlo.
Sonrió ampliamente, si iba a tener un ángel que concede deseos al menos lo aprovecharía, no para mal claro está; pero si para hacer cosas que le hagan sonreír aunque sea por cinco minutos.
El rubio asintió antes de chasquear los dedos; Sunghoon miró a su alrededor, en verdad todo se había detenido.Caminó hasta el pelinegro al otro lado del pasillo, iba con su vista al frente y su ceño ligeramente fruncido como siempre lo cual le hacía ver espectacular. Suspiró, se veía tan perfecto, ¿Había algún lado de Jake que no fuera tan lindo? Lo dudaba, su enamorado lo tenía todo, era el chico ideal.
Tomó una de sus manos para entrelazar sus dedos, encajaban muy bien, con su otra mano acarició la mejilla foránea; su piel era suave y cálida, tal cómo lo imaginaba. Se apartó de él para poderlo mirar una vez más antes de abrazarlo con fuerza, su olor corporal eran tan delicioso para él. Observó sus labios, sus labios tan bonitos; De forma lenta comenzó a acercarse a ellos.
— ¡Hey, Sunghoon qué haces! —se detuvo al oír la voz de su hada—. ¡No está bien besar a alguien sin su consentimiento!
— Sunoo cállate. —se alejó de Jake para sacar el espejo de su bolsa y mirar al rubio—. Tampoco es como si se fuera a dar cuenta.
— ¿Y crees que está bien esto? No me refiero únicamente a que te estás aprovechando, también hablo de ti. —se cruzó de brazos—. ¿Toda tu vida harás esto? Detener el tiempo y poder estar cerca de él sin que él se dé cuenta, ¿Eso quieres? —suspiró—. Tus sentimientos por él son bonitos, intenta algo con él.
— ¿Qué mierda crees que estuve haciendo toda mi vida? —se sentó en el suelo—. He hecho muchas cosas para intentar acercarme pero al final no puedo, ¿De acuerdo? Soy un estúpido cobarde que no puede hablar con él porque me pongo nervioso.
— Entonces no pienses en él como tu enamorado. —se encogió de hombros—. Piensa en él como tu amigo, así inicia. Eres agradable, y por lo que vi cuando lo invitaste a tu casa, también le agradas.
— O mejor simplemente deseo saber todo sobre él y que se enamore de mí. —sonrió.
— Park Sunghoon. —frunció su ceño.
— Ya, ya. —refunfuñó antes de ponerse de pie—. Lo enamoraré. —suspiró mientras miraba al pelinegro.
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Magical Mirror || Sungsun
FanfictionEl espejo de Sunghoon guardaba un gran secreto, a un chico rubio que podía concederle cualquier deseo. Pero el deseo que Park quería tenía consecuencias. •Esta historia NO es mía, todos los créditos van a @CB97ONEB