— ¿No has vuelto a hablar con Sunoo? —Jay se sentó junto al mayor pero al ver su expresión pudo saber fácilmente la respuesta—. Tampoco quiere hablar conmigo... Es extraño, se supone que sabe su origen, debería... —hizo una mueca— Venir a mí.
— No importa.
— ¿Qué?
— Sunoo debe entender que no se hará lo que él quiera, y debe acostumbrarse a que debe cambiar de dueño cada cierto tiempo. —contestó devolviéndole la mirada al rubio junto a él— Así es el Reino de Dios.
— Él es sólo un niño... —dejó de hablar por unos segundos— ¿Tú sabes su verdadero origen? —el pelinegro permaneció en silencio— Entonces... ¿Sabes que él cometió suicido?
Nuevamente silencio.
— ¡Tú...! —se puso de pie— ¡Tú sabías sobre eso! ¡¿Entonces por qué mierda permitiste que Dios lo trajera al Reino?! —sujetó al ajeno desde su camisa y lo empujó contra la barra— ¡¿Por qué?!
— ¡No fue idea mía! —se defendió y sujetó las manos ajenas para empujarlo, lograndolo— ¡Yo me negué, intenté impedirlo! Pero Jihyo... Ella insistió en traerlo.
— ¿Jihyo...? —frunció el ceño pero al mismo tiempo se calmó un poco— Pero, ¿No era ella amiga de Sunoo?
— Una amiga que en vida estuvo enamorada de Heeseung, y celosa de Sunoo. —respondió acomodándose la camisa—. Supongo que lo trajo para hacer que Heeseung no lo recordara así como no la recordaba a ella, pero claramente puedes ver que su plan falló.
— Todo esto es por ¿Jihyo...? —murmuró.
🪞🪞🪞
Cerró la puerta de la nevera y miró una vez más el espejo sobre la mesa. Sunoo aún no aparecía desde que había despertado, algo extraño aunque quiso pensar que el menor aún dormía si es que podía hacerlo.
Miró la hora en su celular, a pesar de haber despertado hace ya unas horas todavía se sentía cansado. Ignoró eso y bebió de la botella que antes había sacado; Subió las escaleras hasta su habitación dejando el pequeño espejo debajo. Abrió su armario y comenzó a buscar ropa entre su armario pensando en qué debería ponerse.
— ¿Por qué...? —murmuró tras detener sus movimientos— No debería importarme qué usar...
Frunció su ceño, intentó pensar en las palabras que Sunoo le había dado cuando Jake fue a su casa pero las recordaba un poco borrosas, como si su mente no quisiera que le hiciera caso a lo que el pecoso le había dicho, así que suspiró levemente, sonriendo después.
— Esta vez no te haré caso, pequeña hada.
Eligió lo que consideraba más atractivo entre toda su ropa y lo dejó sobre su cama, yendo al baño después luego de tomar una toalla. Bajo la ducha sólo pudo pensar cuál sería la reacción de Sunoo al ver a los animales. También se sentía emocionado, pero se sentía emocionado de ver los ojos ajenos brillar.
Al salir del baño se vistió rápidamente, miró el espejo grande frente a su cama pero aún no había señales de Sunoo, quería llamarlo pero no quería mostrarse desesperado o algo así. Volvió a la cocina para guardar su celular y el pequeño espejo que había dejado ahí con anterioridad, luego se puso sus audífonos.
— ¿Ni-Ki?
Se sorprendió al ver al pelinegro afuera de su casa, se quitó uno de los audífonos y se acercó al mayor, quien lo miró y ambos hicieron contacto visual.
— ¿Ibas a salir? —guardó sus manos en las bolsas de su sudadera— ¿Interrumpo algo?
— Bueno... Mh, no, no interrumpes nada, puedo quedarme unos minutos más. ¿Qué sucede? —le sonrió ligeramente intentando no mostrarse apresurado.
— ¿Saldrás con alguien? —disimuladamente miró al castaño desde abajo hacia arriba—. ¿Puedo acompañarte?
Sunghoon cambió su expresión.
— No me quedaré. —habló antes de que el menor dijera algo— Sólo acompañarte hasta el lugar, luego me iré.
— Oh... Eso. —descendió un poco su mirada para lograr visualizar el pequeño espejo dentro de su bolso pero al no ver a su ángel, asintió—. De acuerdo... Iré al zoológico.
Pasó a un lado de él y ambos comenzaron a caminar en un pequeño silencio incómodo, la aura de Ni-ki era distinta, de eso Sunghoon podía estar seguro. Luego de avanzar un par de calles más, decidió hablar primero:
— ¿Sabes algo de Jay y Heeseung? —cuestionó en un tono bajo.
— Aún no. —contestó de inmediato—. Pero estoy seguro que en algún momento ellos se van a comunicar con nosotros, ¿No? —alzó su vista hasta el menor.
— Mjm, —asintió— eso creo.
Volvieron al silencio, era extraño; Ni Heeseung ni Jay han llamado, parecía que se han estado distanciado realmente ya que siempre tenían comunicación, si no era por llamada era por mensajes, pero nunca se habían dejado de hablar como lo estaban haciendo ahora.
Entraron al zoológico y continuaron caminando hasta un pequeño puente que cruzaba por un lago donde se podían ver a distintos peces de colores en el agua.
— Debería irme. —murmuró Ni-ki—. Seguramente la persona que esperas está por llegar...
— Es verdad. —sonrió emocionado por la idea de ver a Sunoo, aunque intentó no demostrarlo.
El pelinegro lo miró unos segundos pero no soportó su expresión así que volvió a desviar su mirada.
— ¿Sabes, Sunghoon? —consiguió que el nombrado lo mirara—. Eres un persona diferente ahora, bueno... Siempre fuiste así pero, antes no te dejabas ver cómo eras realmente y ahora sí.
— ¿Por qué de repente estás...? —el mayor le interrumpió.
— Sobre tus sentimientos, ¿Realmente te gusta Sim Jake? —se giró a él y nuevamente lo miró, esta vez manteniendo el contacto visual. puso su dedo índice sobre el pecho ajeno y suspiró—. Deberías aclarar lo que sientes... A veces la persona que menos esperas es quien te gusta realmente. —alejó su mano de él— Por favor, no sigas más detrás de Jake.
— Pf, No querrás decir que esa persona eres tú, ¿Cierto? —se cruzó de brazos y sonrió juguetón.
Ni-ki alzó nuevamente su mano pero esta vez a la altura de la frente del menor, era momento de borrarle la memoria para que no pudiera recordar a Sunoo pero lo miró una vez más, su expresión ahora era de confusión pero aún mantenía su sonrisa y uno de los audífonos puestos; Seguía esperando por él.
Frunció un poco su ceño. Debía borrar su memoria.
— Claro que no, idiota. —le pegó suavemente con la palma en su frente y alejó su mano— Me voy, disfruta tu día con tu amigo. —se dio la vuelta y guardó ambas manos en sus bolsos, antes de alejarse del menor.
— ¡Claro! —sonrió ampliamente.
Esperó pacientemente y observó como el pelinegro se alejaba cada vez más hasta perderlo de vista. Suspiró profundamente e hizo una pequeña mueca, no quería esperar más. Sacó el espejo de su bolsillo y miró éste.
— ¿Dónde estás, Sunoo? —murmuró un poco impaciente.
— ¡Buenas tardes!
Dijo un chico castaño apareciendo en el espejo provocando que Sunghoon diera un brinco y soltara un pequeño grito. Luego de eso el mayor de ambos miró a su alrededor para comprobar que nadie estuviera cerca.
— ¿Quién...? ¿Sunoo? —parpadeó un par de veces sin apartar la vista.
El chico del espejo se sorprendió un poco ante el nombre mencionado, pero negó rápidamente para disimular un poco su sorpresa.
— ¡Soy Choi Beomgyu! A partir de ahora seré tu nuevo ángel, —sonrió ampliamente— Park Sunghoon.
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Magical Mirror || Sungsun
FanfictionEl espejo de Sunghoon guardaba un gran secreto, a un chico rubio que podía concederle cualquier deseo. Pero el deseo que Park quería tenía consecuencias. •Esta historia NO es mía, todos los créditos van a @CB97ONEB