-CAPÍTULO CUATRO-

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ALANYS

Estuvimos toda la mañana entre la naturaleza, cogiendo apuntes de vegetación, aprendiendo que plantas se podían consumir y cuales no, las que eran curativas y cuales podían hacer que murieses al cabo de segundos. En mi libreta apunte todo con dibujos en cada una, me gustaba dibujar, aunque no le dedicaba mucho tiempo. En cuanto llegase a casa hablaría con mi hermana y le enseñaría lo que había aprendido hoy. Obviamente ella se sabría de memoria toda información sobre plantas, pero de seguro que se alegraría.

Joel comenzó a darnos la enhorabuena por el buen comportamiento que habíamos tenido. Sinceramente fue una día agradable y lleno de risas con Jheremi y Amanda. Tristán cada vez que intentaba acercarse o me miraba lo evadía a toda costa. Estaba enormemente avergonzada y no quería que los demás siguiesen hablando del acto tan bonito y extraño que tuvo conmigo horas antes.

- ¿Te apetece venir a cenar a mi casa? – Amanda comenzó a guardar sus cosas en la mochila fosforita que llevaba colgada de un hombro.

¿Si me apetecía? Lo cierto es que si, sin embargo, quería ir a ver a mi hermana. Ella me necesitaba.

- Me encantaría, pero mi hermana está enferma y me gustaría estar con ella. – Esta asintió comprensiva. - ¿Otro día? – Pregunté con una sonrisa.

- ¿Este finde? – Afirmé con la cabeza. - ¡Genial!

- ¿Y yo? – Jheremi apareció por mi espalda pasándome un brazo por los hombros.

La chica rodo los ojos riéndose.

- Tambi...

- Alanys. – Aquella maldita voz me tenso por completo.

Me giré apartándome un poco del grupo, tragué saliva intentando mantener la compostura. Era orgullosa, y lo que él me provocaba no me gustaba para nada.

- ¿Sí? – Pregunté pasando un mechón de mi pelo por la oreja.

- Te acompaño a casa. – Se metió las manos en los bolsillos bajando su cabeza para mirarme mejor.

Desde que conocí a Tristán eran las pocas veces que había visto que sonriese o mostrase alguna expresión. Era serio, incluso frio, implacable. Intimidaba, su sola presencia infundía respeto. Sin embargo, sus ojos no se perdían ninguno de mis movimientos, expresiones o cualquier gesto. Al contrario que él yo hablaba solo con las miradas.

- No es necesario. – Murmuré sonrojada, este se encogió los hombros.

- No me im... - Una voz femenina no dejo que terminase de hablar.

Elena apareció en escena.

- ¡Tristán! – La miré de reojo con una mala cara. – Me encuentro mal. – Se agarró el estómago haciendo una gran actuación.

Solté un ruido con la garganta intentando evitar reírme, era de alguna manera divertido ver cómo, prácticamente, suplicaba por su atención.

- Dile alguno de tus compañeros que te acompañe a casa. – Esta se acercó del todo apoyando su cabeza en el hombro de Tristán.

Él era demasiado educado para quitarla, porque se notaba que no disfrutaba para nada de su compañía. Yo le habría dado un cabezazo para apartarla de mi.

¿Era a la única que pensaba que era patética? La cara del futuro Alpha era un poema, por mi parte me canse de estar en medio, no iba a permitir que todo el mundo hablase de que él rechazo a Elena por acompañarme a casa a mí.

- Pero me encuentro... muy mal. – Su tono de borreguito con voz de pito fue exagerada.

- Elena te he....

Full Moon, eras tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora