ALANYS
Me abracé a mi misma debido al frio que hacía, cada día que pasaba era mas frio que el anterior, mi respiración era mas que obvia debido al vaho que salía por mi boca. Podía sentir mis mejillas y mi nariz heladas y, seguramente, rojas debido a las bajas temperaturas. En medio del sitio de entrenamiento, que parecía abandonado, pero al futuro Alpha le debía gustar venir aquí, estaba esperándole. El sol estaba a punto de desaparecer y los focos de luz no parecían tener la intención de encenderse, apenas quedaban los últimos rayos de sol del día. Me sentía nerviosa por lo que iba a suceder en unos minutos, y no ayudaba para nada que Tristán pensase que lo iba a rechazar. Escuché a mi espaldas unas hojas crujir por los pasos de alguien, me giré pensando que seria Tristán, aunque normalmente si es él lo siento de una forma extraña. Fruncí el ceño al ver a la chica que se acercaba a mi con un jersey crop top que dejaba a la vista el piercing de su ombligo. Venia hacia mi con una sonrisa que no me gustaba para nada.
- Vaya, vaya... - Dijo acercándose de forma amenazadora. - ¿Esperando a Tristán? – Achine los ojos en su dirección. – Te dije que no te acercases a él.
- A mi lo que tu digas me importa entre poco y nada. – Le espeté descruzando los brazos.
Si debía defenderme me seria mas fácil. Comenzó a hacer un ruido de negación mientras movía la cabeza de lado a lado.
- Iba a hacer que Tristán se enamorase de mí, pero tenias que aparecer tu. – El asco en su voz fue mas que obvio. – Pero no importa, porque puedo acabar contigo.
Alcé una ceja incrédula. El sol en unos segundos se escondería por completo y mi magia estaba arañándome las entrañas para salir a la luz.
- ¿Tú a mí? – Me reí manteniendo las distancias. – Puedo hacer dejes de respirar con unas simples palabras. – Sus ojos se iluminaron provocando que, debido a la oscuridad, fueran mas luminosos que de normal.
- Si lo haces pondrás a toda la manada en tu contra. – El retintín de su voz llamo mi atención. – Son mi gente, no la tuya.
Tenía razón, si usaba mi magia contra ella Tristán no podría volver a salvarme de la tortura de la pulsera. Para esta gente la mala soy yo y Elena inocente.
- ¿Cómo sabias que estaba aquí? – Esta rodo los ojos.
- Te he seguido. – Soltó como si fuera lo más lógico.
Quise pegarme una bofetada, debía de estar más atenta e intentar aumentar mis sentidos. No podía permitir que me siguiesen con tanta facilidad.
- Eres una psicópata. – Apretó los puños con fuerza.
- Te voy a despedazar. – Me amenazó.
Aulló hacia el cielo antes de transformarse de un salto. Seguía dejándome sorprendida como lo hacían, pero en aquel momento no tenia tiempo para hacerlo. Intente repasar a una velocidad supersónica hechizos de protección y no de ataque. No quería hacerle daño y que aquello lo usase en mi contra. Di unos pasos atrás sintiendo toda su furia dirigida a mí. Hice lo único que se me ocurrió presa del pánico, comencé a correr dirección al bosque con la esperanza de que entre arboles pudiera despistarla y que no me atrapase. Corría bastante rápido pero probablemente no fuera suficiente. Intentaba pensar un hechizo que me ayudase, pero mi mente estaba perdida, no conseguía hacerlo con claridad. La luna estaba en lo alto del cielo cuando mi magia comenzó a gritarme que la dejase salir, y sin saber que hacer mientras corría, la liberé. Salió disparada hacia el cielo, ella necesitaba esta noche para disfrutarla, pero yo estaba en peligro, ni si quiera sabia donde iba, simplemente un rayo rojo salió con fuerza. Agitada y con la estúpida loca pisándome los talones, frene en seco cuando un pequeño barranco estaba delante. Me giré con las manos elevadas viendo como me miraba con los colmillos y un expresión diabólica.
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Full Moon, eras tú.
Hombres LoboLa decisión de mudarse a un nuevo hogar no fue para nada del agrado de Alanys Hughes, ella era una joven bruja de diecisiete años que tenia que poner su vida patas arriba porque sus padres decidieron que mudarse a Claddagh, una manada demasiado al n...