ALANYS.
Se escuchaban aullidos, gritos y golpes por todos lados. Llevaba corriendo apenas unos minutos cuando escuche a mi hermana gritarme que frenase. Comencé a bajar el ritmo de carrera cuando no notaba su presencia.
- ¡No puedo seguirte! – Esperé a que llegase a mi jadeando.
Le agarré del brazo continuando la carrera con ella a mi lado, con mi mano libre me rasqué el muslo, pues tenía un escozor continuo. Su respiración sonaba irregular por completo, la forma física de mi hermana estaba totalmente por los suelos.
- Después de esto vamos a tener que hablar de tu forma física. – Esta ni si quiera me respondió, suficiente tenía con no ahogarse.
Cuando estábamos cerca del núcleo de la batalla campal mi hermana soltó un enorme alarido. Calló de rodillas al suelo, pude escuchar el golpe de sus huesos contra los adoquines de una de las calles por las que nos encontrábamos. Me giré agarrándole de los antebrazos con preocupación.
- Tienes que levantarte. – Le rogué.
Soltó otro enorme grito agarrándose el vientre con fuerza. Fruncí el ceño preocupada.
- ¿Iria? – Le agarre la cara con ambas manos.
Sus ojos estaban empañados en lágrimas, me miraba con gran terror.
- Hazel... - Susurró lo suficiente alto para que la escuchase. – Han herido a... - Volvió a gritar doblándose de dolor.
- Mierda, mierda... - Me mordí el labio inferior echando un vistazo a mis espaldas.
Me costaba pensar que hacer, mi hermano apenas podía dar un paso sin doblarse de dolor. Su alma gemela tenía que estar muy malherida y ella debía de ir con Hazel.
- Bien Iría, escúchame. – Suspiré. – Vamos a acercarnos algo más al altercado, necesito que cojas fuerzas. – Esta, llorando, asintió.
- Ne...necesito ir con Hazel. – Aprete las manos alrededor de sus hombros.
- Te llevaré con ella. – Prometí con determinación.
Le ayudé a levantarse a duras penas, pasé su brazo por mis hombros para hacerle de soporte. Todo su peso estaba prácticamente en mis hombros, y que decir que mi constitución era lo que era, y me costaba la vida arrastrar a Iría.
Un lobo gigante se plantó en frente de nosotras, su mirada parecía totalmente perdidas. Nada que ver con los que había visto en la manada. Me enseño los dientes furioso, de sus largos colmillos colgaban dos enormes ríos de babas. Parecía tener la rabia. Antes de que pudiera hacer nada otro lobo se lanzó directamente a la yugular de este. Escuche como le rasgaba la garganta con fuerza. Tuve que tragarme la bilis que me reptaba por la garganta.
El gemido de mi hermana volvió a llamar mi atención, giré la cabeza aterrorizada al ver que se desplomaba en mis brazos.
- ¡Iria!
Con una fuerza que no tenía la arrastré hasta detrás del muro de una de las pocas casas que había en la zona del conflicto. Apoyé su cuerpo contra la fría piedra, estaba ardiendo en fiebre y no sabía qué hacer. De repente, como si me hubiesen escuchado, alguien apareció a mis espaldas.
Ilda.
- ¡Niñas! ¿Qué hacéis aquí? – Tenia la chaqueta algo chamuscada y el pelo alborotado.
- Es Iría. – Esta miro a mi hermana con preocupación.
- Se han llevado a Hazel, estaba muy grave. Iba ahora a la casa del Alpha para ayudar a curarla. – Tragué saliva rascándome el muslo de nuevo. – Venga vamos, la llevaré yo.
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Full Moon, eras tú.
WerewolfLa decisión de mudarse a un nuevo hogar no fue para nada del agrado de Alanys Hughes, ella era una joven bruja de diecisiete años que tenia que poner su vida patas arriba porque sus padres decidieron que mudarse a Claddagh, una manada demasiado al n...