- CAPÍTULO DOCE -

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ALANYS

Terminé de abrocharme las botas negras que me llegaban a las rodillas. Me levanté de la cama para acercarme al espejo de mi habitación, sonreí satisfecha al verme reflejada en él. No era una persona de maquillaje, más que nada que luego me daba mucha pereza desmaquillarme, aun así, me hice la raya del ojo, concretamente "fox eyes", haciendo honor a mi Tormenta que me miraba con intriga desde mi cama. Paseé mis manos sobre mis curvas, decidí ponerme un vestido verde oscuro con alguna flor, el escoté caía en pico hacia mis pechos resaltándomelos, las mangas eran anchas y la largura de este me llegaba por encima de las rodillas. Tenía un poco de vuelo, me puse de lateral para ver si me marcaba el trasero, y así era. Sin exagerar gracias al poco vuelo, pero lo suficiente para que Tristán se fijase.

Iba a torturarle.

Esta tarde habíamos quedado en un pub con Finn y Hazel, y alguien más de sus amigos. Iría y yo iríamos andando hasta allí. Me giré para mirar a Tormenta, abrí los brazos y di una vuelta sobre mí.

- ¿Qué te parece? – Esta ladeo la cabeza para luego asentir. - ¿Verdad, que sí? - Me paseé mi mano por el pelo, me lo había ondulado. – Tristán va a morirse de ganas de besarme.

Ahora la forma en la que sus enormes ojos azules me miraban era totalmente recriminatoria, sabía lo que estaba pensando, así que me acerque a dejarle un enorme beso en su suave cabecita.

- No me mires así. – Le susurré mientras le acariciaba.

La puerta de mi habitación se abrió y entro mi hermana de golpe. Se quedo mirándome completamente sorprendida, y normal. Pocas veces en mi vida me habría vestido así. Era increíble lo diferentes que éramos, ella llevaba un vestido rosa palo juvenil largo con flores blancas, y un abrigo blanco puesto junto con un gorrito.

- Estas preciosa y sexy. – Solté una carcajada. – Hola Tormenta.

Se acerco a darle un beso.

- ¿Vamos? – Asentí agarrando mi abrigo negro largo.

- Vamos.

El camino al pub estuvo lleno de charlas sobre los arreglos florales que mi hermana había tenido que hacer a lo largo de la semana, desde como la señora Liliana le había pedido que decorase su salón del té de solo flores amarillas de todo tipo hasta cuando el señor Hank le había pedido que plantase en su jardín todo tipo de rosas. Ella me narraba todo aquello brotando una felicidad increíble, y yo estaba realmente contenta. Andando por las calles del pueblo llegamos a la puerta del Pub Wolf.

Un nombre muy acertado.

Iría me abrió la puerta dejándome pasar primero. La música estaba alta, pero no lo suficiente como para no poder hablar con el de al lado. La gente estaba bailando, jugando al billar, al futbolín y a los dardos. Había gente en mesas tomando como si no hubiese mañana y otros tantos en la barra. El ambiente aquí dentro era juvenil, desde mi edad hasta los treinta más o menos. Mi mirada automáticamente se encontró con la de Tristán, que estaba con una cerveza en la mano riéndose con Finn. Como si me hubiese notado giro su cabeza hacia mi aun riéndose, risa que paro en seco.

Empezaba el juego.

Alcé la cabeza con una sonrisa segura. Iría ya estaba dándole besos a Hazel, mientras yo iba lentamente hasta donde estaba él. Me quité el chaquetón más lento de lo habitual, contoneé las caderas sintiendo como todo se ralentizaba a mi alrededor. En aquel momento solo estábamos él y yo. Cuando me lo quite y lo deje sobre una silla ya estaba justo en frente de él, sus ojos me miraban de arriba abajo comiéndome completamente con los ojos. Su vista estuvo más tiempo de lo usual en mi escote, y cuando llego a mis ojos observe el destello animal de su lobo queriendo salir.

Full Moon, eras tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora