CAPÍTULO 4: NO IRÉ A NINGÚN LADO. ( PARTE 1)

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 El impacto fue tan poderoso que nuestro vehículo giró bruscamente y se volcó, dando vueltas en el aire antes de finalmente quedar volteado, con las ruedas hacia arriba.

Mi corazón latía con fuerza, y el miedo se apoderó de mí en un instante.

Con el parabrisas destrozado, miré hacia atrás y noté que todos los autos, incluyendo el de Bastián, también se habían volcado.

La situación era caótica y peligrosa.

Cada uno de nosotros luchaba por salir de su respectivo auto.

Mientras una densa nube de humo y fuego comenzaba a envolver la escena.

Inmediatamente, me di cuenta de que Francis estaba atrapado en el auto volcado. Desesperadamente, intenté ayudarlo.

- Francis, con voz tensa y preocupada, dijo: "¡Cuidado detrás de ti!"

Antes de que pudiera reaccionar, algo impactó violentamente mi cabeza, y perdí el conocimiento.

Abro los ojos y me encuentro en una situación desconcertante.

Unos hombres se hallan sentados alrededor de una mesa, jugando a las cartas y disfrutando de cervezas, riendo despreocupadamente.

Siento un dolor agudo que recorre mi cabeza, y cuando intento moverme, me doy cuenta de que mis piernas están firmemente amarradas.

Con dificultad, logro incorporarme y no puedo evitar quejarme por el profundo dolor que me embarga.

Lentamente, llevo mis manos a la cabeza para investigar la causa de mi malestar y descubro que también están atadas, y, como pude, toco mi cabeza y tiene sangre.

- Francis: Despertaste.

- ¿Estás aquí? ¿Qué pasó?. Veo a Francis también está totalmente amarrado.

- Francis: Nos tendieron una trampa.

Luego veo a Mia; aún estaba inconsciente.

- ¿Y dónde están los demás?

- Francis: No lo sé, al parecer solo somos los únicos secuestrados.

- Pero ¿por qué?

- Francis: Y se supone que debo saberlo.

- Ya, pero es tu culpa que me tengan aquí.

- Francis: Lo siento. <<Trata de abrazarme, pero no lo logra por sus manos atadas>>.

Los otros hombres se acercaron. Uno de ellos exclamó:

- Hombre: Miren, ya despertaron.

Sin piedad, otro hombre pateó a Mia.

- Hombre: Despierta, cazadora, ya tus amigos despertaron.

Mia se quejó por la patada.

- Francis intervino: Déjala.

El hombre les ordenó con dureza:

- Hombre: Tú cállate.

Luego, procedió a patear a Francis en la cara.

Francis intentó responder, pero los otros hombres lo sujetaron, impidiéndole hacerlo.

Cuando miré a Francis, noté que su cabeza sangraba.

Mia se levantó, visiblemente asustada, tratando de asimilar lo que estaba sucediendo. Su rostro reflejaba el miedo que la invadía en ese momento.

- Hombre: Están todos despiertos, vamos a llevarlos ante el jefe. ¡Levántense!.

- Francis: No iré a ningún lado.

El hombre golpeó a Francis en la cara.

- Hombre: Eso lo veremos.

Nos vimos obligados a levantarnos y caminar mientras nos empujaban. Mientras avanzábamos, noté que había todo un ejército de hombres y mujeres con cabello mitad negro y blanco.

Finalmente, nos dirigimos hacia una de las tiendas en el campamento.

Había un...

Había un

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MARCADOS POR LA BATALLA ( LIBRO 5 )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora