Esta historia trata de la continuación de la heredera, para entender la historia debes de leer los otros libros.
Libro 1: ELREINO
Libro 2: DE LOS INFERNALES, SIEMPRE ESTARE CONTIGO PORQUE ERES MI FAVORITO.
Libro 3: JAMÁS TE DEJARÍA AQUÍ SOLA.
Lib...
Los primeros en avanzar fueron los cazadores y aquellos sin dones.
- Rodrigo: << Dirigiéndose a los Herederos>>, señala: "¡En mi señal, ataquen!"
Mientras los cazadores luchaban valientemente, Helen miraba el cielo nublado, inquieta por la inminente lluvia que se avecinaba.
- Francis: "¿Qué pasa, Helen?"
- Helen: "Va a llover, el cielo no nos favorece."
- Francis: << Se ríe>>, "¿Te preocupa el cielo? Nos superan en número y a ti te preocupa que vaya a llover."
- Helen: << Tratando de encontrar humor en la situación>>, confiesa: "No soy buena peleando bajo el lodo."
- Geda: "Tranquila hermana, te cubriré."
Helen, sonríe
- Leo: << Se dirige a Bastián con una mirada seria>>, "¿Tienes miedo, Bastián?"
- Bastián: <<Con una sonrisa en el rostro>>, responde: "Leo, nunca he tenido miedo y nunca lo tendré."
- Leo: "Manténganse juntos, no se separen."
En un momento de cercanía, Leo mira a Bastián y le confía:
- Leo: "Si caigo hoy en batalla, quiero que sepas que eres el líder. Ha sido un honor luchar a tu lado."
- Bastián: "Leo, has sido un verdadero hermano y líder. Pero confío en que juntos superaremos esta prueba. ¡Vamos a la victoria, Leo!"
La lluvia comenzó a caer, la sangre se derramaba y los cazadores, apenas podían con los ilegítimos y se acercaba una multitud de ilegítimos, bestias que luchaban como si no les importara morir.
- Rodrigo: "¡Cazadores, resistan!"
Cuando los cazadores comenzaron a caer y sintieron que ya no podían continuar, tomaron la decisión de retirarse.
Sin embargo, Francis, al presenciar esto, se lanzó valientemente al frente para combatir junto a ellos, mostrando un rostro sin rastro de temor.
Al presenciar la valiente actuación de Francis, el coraje se avivó en los corazones de los cazadores, y con renovado vigor, regresaron al campo de batalla.
Sin embargo, algunos de los combatientes optaron por retirarse, incapaces de soportar la intensidad de la batalla.
Francis, con un brillo feroz en los ojos, avanzó con una destreza inigualable. Un escuadrón enemigo de cuarenta hombres se lanzó contra él, pero Francis los recibió con una habilidad asombrosa.
Su espada danzaba en el aire, su movimiento serán una sinfonía de precisión y agilidad. Cada golpe que lanzaba era mortal, uno por uno, aniquiló a los cuarenta hombres enemigos, dejando un camino de derrota a su paso.
Su hazaña asombró a todos los presentes, y su valentía se convirtió en una fuente de inspiración para el resto del equipo.
