DOLOR EN LAS VENAS
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Denisse
Rubíes, es la piedra preciosa que según él me representa.
Dejé el collar que llevaba puesto en su habitación, cuando llegué a mi nuevo cuarto, no solo las emociones se me acumularon, sino que había algo que me ahorcaba, que me quitaba el aire. Era el collar que me recordaba lo celoso que estaba por haber traído ese día un collar de diamantes y dijo que no era el tipo de joya para mí como lo son los rubíes.
He hablado con papá, ha pasado un día desde lo sucedido y no tengo ganas ni de comer. Sin embargo, Aslan es el que envía la comida a mi habitación y me entero de todos los avances que llevan por medio del chat que tenemos, encima, reviso los reportes de Jaclyn que la verdad no son nada malos.
No voy a pasar un día más encerrada, eso lo sé, aparte que no he podido dormir porque este dolor ya no solo permanece en mi mente, este dolor también yace en mis venas. Es un dolor en las venas que quema, que lastima, que las corta de tajo para que sienta como me desangro esta vez por dentro.
Sobo mi abdomen cuando me veo casi desnuda en el espejo, las lágrimas siento que caen por mi cara, pero tomo un fuerte respiro y me concentro en maquillarme para eliminar un poco de la evidencia de mi mal aspecto.
—Vamos a poder con esto, pequeña bola de fuego.
Termino de hacerme un moño apretado como los que solía hacerme en la central, solo que en esta ocasión dejo que dos mechones enmarquen mi cara y los aliso para que quede el cabello super liso. Humecto mis labios, me coloco el enterizo rojo que si es para la ocasión o no, no me importa.
Me han dicho tanto Byron como Aslan que mostrar elegancia es parte de mí, que mi forma de vestir no solo destaca por el toque de sensualidad, sino también por la elegancia y porte con el que luzco cada prenda. El enterizo tiene un escote en V que se acentúa aun más porque se corta cuando empieza mi abdomen con volumen.
Me calzo los estiletos de suela roja que son completamente negros y me dispongo a salir de la habitación para ponerme a trabajar. Hablo en el camino con Mason por medio de un mensaje, es difícil decirle que las cosas se están tornando complicadas pero que en realidad desconoce en que ámbito se volvieron complicadas, cuando me adentro a la sala de operaciones Aslan termina de reír porque al parecer Brixta le lanzó un cuchillo a su manzana.
—Deja de ser una asesina de manzanas.
—Era mi manzana, Aslan.
—Era, porque la vi tan sola... —Brixta me detecta y deja de reír por un momento para luego dedicarme una pequeña reverencia—. Reina mía.
—¿Qué podemos hacer por usted?
—Necesito que me comuniquen con los que están en Francia, no quiero que desperdicien demasiado tiempo allá, será un golpe para que los rusos entiendan que sabemos cuál será su movimiento y este mismo será mover a sus soldados franceses en la primera línea de fuego para que los sacrifiquen.
—Comprendido.
—Quiero saber como le está yendo a Byron y a Deandre, como es que se las están apañando y sobre todo escucharlo desde su voz y no desde un mensaje que ayer fue la manera en la que me contacté con ellos.
—Lo tengo claro, reina mía.
Toma su IPad para moverla de lugar he ir con Jaclyn para que le envíen la información a los que se encuentran en el terreno enemigo. Si es que están demasiado ocupados, es evidente que no puedo hablar con ellos en esta momento, no obstante, si se encuentran disponibles puedo llamar desde mi móvil y Jaclyn se asegurará de que la llamada no sea interceptada.
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Un paraíso en ruinas #2
RomanceDenisse ya no es la capitana de su propia tropa, es la reina de la mafia turca. Fue arrancada de los brazos de la persona que amaba, de su caos, del hombre que la hizo fuerte, poderosa y capaz de controlar cualquier bestia infernal. Los enemigos s...