CAPITULO 27

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LLAMADO AL INFIERNO

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Jiang

JEFE DE LA YAKUZA – CHINA

HORAS ANTES DEL ATAQUE

Mis dedos se mueven nerviosos detrás de mi espalda, el presidente, Tao Yáng está ante mis ojos creyendo que no sé lo que se viene, creyendo que todo esto es parte de un juego porque al ser de la mafia para todos ellos los simples mortales somos dioses, somos el cielo y el infierno en uno solo. El problema aquí es que Italia no está destruida y la mayoría de mis soldados quedaron en el suelo.

No hay más que perdidas.

—Lo que tienes que saber, Jiang es que no voy a prestar mucho más equipo militar considerando que el último que fue enviado para llevar Italia a la ruina, sigue en pie —me ofrece una sonrisa llena de sorna—. Tienes que mejorar esto, cuando vea a la Mort y a Killer muertos, comenzaré a soltarte la rienda de nuevo para que hagas lo que quieras con tus amigos los rusos.

El hijo de puta se ríe.

Tuve que mentir diciéndole que las cosas no habían salido demasiado bien. Sin embargo, no admití ante él que Denisse y Kylian Gauthier habían hecho de las suyas para que nuestro ataque no surtiera efecto. No sé que pasó, simplemente atacaron, nos acabaron y ni un soldado vivo volvió a mis manos, solo me he quedado con los que están en la base.

No más. Ellos son los verdaderos dioses.

Mi ojo tiembla debido al tic de molestia que lo ataca. Me molesta mucho más de lo que se nota que esos cabrones se las hayan apañado, ahora tengo que ver la manera de salvar mi organización y lo peor no es eso.

El hijo de perra de Murat no quiere poner nada de su parte, ha dicho que él si logró la victoria al matar a Antonella Gauthier, que ahora le toca ir por todos los demás y sus supuestos aliados quedan por detrás.

Yo que tanto le he rendido fidelidad, ahora me paga de esta manera, dándome la espalda cuando me quedo sin soldados y cuando no conseguí ni acabar con la mitad del territorio italiano.

—Tus amigos mafiosos deberían de estarte apoyando, se supone que tendríamos que habernos quedado con la pirámide —se burla de nuevo de mí—. Y ahora no tenemos nada de eso. A diferencia de otros presidentes, yo no me dejo comprar tan fácil, eres la mafia y no te lo niego, pero yo soy el gobierno, el rey y este es mi puto reino.

» No vayas a creer que tengo responsabilidad de tus actos porque quedamos en dividirnos el poder, que ambos estaríamos dentro de esto y que cuando consiguieras el puesto número uno en la pirámide, te llevaría más y más alto. Todo esto lo he conseguido con la disciplina, con la constancia, con el conocimiento de años y tú... Tú solo eres un crio que va a las faldas de Murat, que quiere lamerle las botas siempre, pero tú dirás. Quiero resultados.

Nos terminamos despidiendo, con la tensión esparciéndose en mi cuerpo y mi mano derecha se adentra para poder hacerme saber los detalles de lo que está pasando.

—¿Tienes datos de lo que pasó en Italia?

—Sí, la Mort, Killer y Ghost estaban en el mismo sitio atacando, estaban con los árabes y con los italianos —comenta molesto—. No sabemos como es que sacaron más y más soldados, solo pude ver un poco de las cámaras de la zona y estoy seguro de lo que vi.

—¿Y qué fue? No me gusta que te demores en soltarme lo que necesito saber.

—Lo sé. —Repasa un paño contra su frente sudorosa, ya es un poco viejo, con los ojos rasgados, menos alto que yo y con el cabello cenizo—. Había todo un sequito de mujeres entrenadas para atacar, para matar y para proteger a la Mort. Era un sequito dominado por otra mujer, no sé de donde las han sacado considerando que en la milicia están todos mixtos, los soldados italianos y árabes en su mayoría son hombres. Ese grupo de mujeres era grande.

Un paraíso en ruinas #2 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora