SOBREVIVIR
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Kylian
Respiro, aprieto los puños y exhalo.
Respiro, aprieto la mandíbula y exhalo.
Respiro, tenso mi cuerpo y exhalo.
Nos han mantenido como viles animales en su corral, solo nos dan un corto paseo cuando nos toca luchar. La prisión está llena de criminales, hay gente que ya tiene a su grupo de fieles seguidores y hay otra gente que incluso sigue buscando protección para sobrevivir.
Henry y yo estamos en la misma celda, intercambiando miradas, hablando por las madrugadas cuando los centinelas están demasiado dormidos como para reprendernos por compartir estrategias.
Sé que día es, sé que se acabó el año y no estuve presente.
Sé que han pasado semanas, no días ni horas, ya casi un mes estando en este lugar.
—¿Por qué crees que tardan demasiado?
—Porque han de estar estructurando el mejor plan para sacarnos de este lugar —murmura Henry, que está sentado en el suelo contemplando el suelo grisáceo—. ¿Cuántos llevamos?
—Estoy comenzando a perder la cuenta, desde que llegamos hasta el día de ayer, eran doce muertos de mi parte y diez tuyos.
—Mierda.
Se frota la cara con las manos para quitarse la pesadez, yo lo que hago es mover el cuello para que los huesos truenen y que se libere tensión.
—Es imposible saber con que hombre te van a poner, he estado intentando hablar con algunos, pero se rehúsan debido a que Witker los tiene controlados.
—La verdad ya no me preocupo en quien me pongan delante —me sincero—. Me querían convertir en un matón, ¿razón? No lo sé, pero no me avergüenza hacer lo que me toca para mantenerme con vida.
—Se trata de sobrevivir, todo el tiempo que sea posible hasta que lleguen.
—Lo harán, no quiero dudar, pero...
—No tienes que darme explicaciones, estoy contigo en la misma celda, la soledad y las batallas que nos arman aquí son perfectas para que destruyan nuestra percepción de las cosas —me tranquiliza—. Sí, yo también he llegado a pensar que a mi hija ya no le intereso, es parte del encierro.
No digo nada porque es justamente lo que me sucede.
Carajo.
Desde que llegamos, nos sacan cada tanto de las celdas, nos llevan al patio común para ponernos a pelear con hombres que llevan una vida entera aquí. Las primeras veces ellos siempre iban armados, obtuvimos heridas, era inevitable, hasta que nos comenzamos a hacer de nuestras propias armas.
No me parece nada extraño que solo sea para nosotros dos.
Somos los repudiados, la carne que quieren que otros destacen para dejarnos con un mínimo de vida.
Hasta el momento los únicos que siempre mandan a pelear es a mí y a Henry, los de la cárcel escogen a hombre calificados para herirnos, para jodernos y hasta hace unos tres días pude controlar la fiebre del cuerpo. Lo que noté fue la infección en la herida del abdomen.
Yo lo tengo todo muy claro y creo que el general también.
Este no es el hotel de cinco estrellas.
Mierda es lo que nos dan de comer, no nos permiten asistir a la enfermería y por más que solicites un par de gasas, lo más probable es que te las den usadas.
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Un paraíso en ruinas #2
RomantizmDenisse ya no es la capitana de su propia tropa, es la reina de la mafia turca. Fue arrancada de los brazos de la persona que amaba, de su caos, del hombre que la hizo fuerte, poderosa y capaz de controlar cualquier bestia infernal. Los enemigos s...