CAPITULO 29

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ACABAS DE PERDER

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Kylian

Desde que llego al club ya siento la polla dura y con el cabreo que me está reventando la cabeza. Mason me mandó fotos ya que se fue con su abuelo para hacer un viaje turístico por toda la zona, le contesté y me dijo que se iba a ocupar. Vaya que yo también hijo mío y me voy a ocupar en ponerle un castigo a tu madre por lo rebelde que se me acaba de poner.

Entiendo ahora porque es uno de los mejores en la zona, está bastante lleno, con drogas, negocios de por medio, licor del bueno, música y sobre todo bailarinas exóticas que incluso usan ropas muy pequeñas o van desnudas.

Y ella se queja de mí.

He estado en abstinencia sexual por mucho tiempo, es evidente que me iba a poner como un puto toro cuando vinieron a interrumpirnos, encima, fue el puto de Aslan que parece que era la hora de los chismes porque se pone a abrir la boca cuando tenía una jodida erección y lo único que quería era estar con mi mujer como era debido.

Mamá ayúdame porque me va a matar de la locura.

La veo ir y venir, se divierte con Jaclyn, las dos bailan pegadas y se toquetean el cuerpo. Byron llega a mi lado, con la sonrisa ya en la cara y burlándose en la mía.

—Se te fue de las manos, ¿no? Te dije que Denisse embarazada da miedo.

—No me va a ganar, dice que soy celoso y ella es la celosa que hasta para sentirse menos celosa me castiga. ¿Quién coño hace eso?

—Tú mujer.

No encuentro fallas en su lógica. Cada mes que avanza en el embarazo está más loca y lo peor es que me encanta porque los dos nos igualamos en locura.

—Jaclyn siempre ha pensado que es un monstruo de verdad aunque con una belleza que hace que todos se acerquen sin saber que están bajo su hechizo. Y es celosa, hasta conmigo.

—¿Cómo que contigo?

—Cuando estabas en Francia y yo recién estaba interactuando con Jaclyn, me dijo que iba a pagarlas si la cambiaba, que solo podía tener una solo mejor amiga —suelta a reír—. En fin, no me quejo porque le dije que Aslan ni en muerte podía ser su mejor amigo, solo era yo y nadie más.

—Hiciste muy bien.

—Una vez me dijo Lorraine que ella no era así y ahora mírala, se parece a ti.

—No soy celoso.

—Claro que lo eres, te pones celoso hasta porque hablo con Aslan y para que lo sepas es un buen tipo. —Ruedo los ojos, cierta bola de idiotas se le acercan—. Jaclyn y yo no somos celosos en la relación, sabemos que nos gusta el acecho, el juego y esas cosas.

—Bueno, ella quiere ganar esta batalla de celos y no estoy dispuesto a perder. Ya perdí muchas veces.

—Necesitas una victoria, buena suerte con ello, hermano.

Palmea mi hombro, se pide otro trago y se va para ver de cerca a su chica. Estoy bastante seguro que Lorraine fue parte del proceso de Byron para salir del cascarón, para que se dejara de barreras y debido a lo sucedido, con Jaclyn explotó esa libertad porque no veo que le moleste que su mujer se bese con otra chica.

Incluso se acomoda la verga que ya se pronuncia en su pantalón.

Carajo, las chicas comienzan a rodear al barra, que ni me había dado cuenta porque mis ojos están en mi mujer que tiene a los hombres alrededor. A todos los mantiene al límite, impidiendo que la toquen, solo les permite que la vean bailar y tocarse los pechos, tocarse el abdomen...

Un paraíso en ruinas #2 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora