Un paraíso en ruinas #2

CAPITULO 41

CAÍDA

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Kylian

Ha llegado el punto en el que tengo la necesidad de contener para luego explotar, es indispensable mantener las emociones encerradas en el cofre imposible de penetrar para que los de allá fuera no se den cuenta de lo que te afecta y lo que no. Lo que te duele y lo que no.

Todos ellos están viendo cualquier mínimo movimiento, el que sepan que Mason acabó con toda la guardia de rusos que tenían planes de secuestrarlo es un punto verde para ellos y un punto rojo para mí. Sabrán ya que todo este tiempo tan solo se estaba manipulando su forma de ser ante el público para que no lo ficharan como objetivo y es algo que ya tendrán hecho.

Lo que hizo no es algo que me causa impresión, preocupación o cosas de esas, es mi hijo y bien supe desde que lo tuve en mis brazos que iba a ser peor que yo. El que lo hayamos moldeado para que los demás no sospecharan de él y dijeran cosas del tipo: es un mocoso, es un mimado, es un niño de tres años en cuerpo de un niño de diez y esas pendejadas no indica que no hayamos forjado su verdadero caos.

Se le enseñó a disparar, a defenderse, a maniobrar una navaja sin que nadie en el puto mundo supiera mas que su propia familia.

Y ahora ha mostrado de qué es lo que está hecho.

Un completo demonio.

Mi catástrofe y aunque lo llame de esa manera no es una ofensa, porque es mejor, es peor y conforme vaya creciendo todos esos puntos se van hacer más visibles hasta que el puto mundo entero le tenga miedo o tan solo le toque arrodillarse ante él.

No me quiero imaginar como será Kai.

Preparo el arma en mis manos, determinando el terreno francés que incluso Maximilian ya nos entregó toda la información de sus puertas, cámaras y todo lo que necesito para comenzar a planificar esto. Henry está a mi lado moviendo sobre el mapa a los soldados para que tengan muy en cuenta que tipo de posición van a tomar.

Kristin está con nosotros, no he sabido mucho de ella solo que es una buena teniente en su rama tanto que ocupó el lugar de mi hermano. Sin duda alguna lo que detecto es cierta tensión disimulada entre ella y Henry, el bastardo a mi lado se quiere hacer el tonto porque estoy a su costado, sin embargo, mis sentidos nunca fallan.

No volví como coronel, mi puesto hasta el momento se ha quedado plano y vacío sin nadie de por medio, tampoco es necesario ya que la central y Henry están haciendo el trabajo adecuado para que no se necesite de mi rango. Tampoco quiere decir que lo deje para siempre, que nunca vuelva, claro que lo haré aunque antes tengo que acabar con esto.

Tengo que bajar y subir de nuevo.

Un día volveré a ser coronel y cuando eso suceda el mundo entenderá que no solo vengo por todo, sino que haré que las calles se vuelvan ríos de sangre porque iré por el poder absoluto de Rusia. Cada jodido habitante así habiéndome hecho algo o no, los tendré en sus rodillas.

Sobre todo Murat, tanto he deseado partirlo a la mitad y hablo en serio, quiero ver como su cuerpo se parte en dos y la sangre se vacía de su cuerpo junto con los órganos desbordándose por todo el suelo que quiso dominar siempre. Rusia... Mi bella tierra que terminará en mi puto poder.

—Escuchen soldados —elevo la voz, Maximilian nos prestó una casa de seguridad en la que estamos todos contenidos con nuestros elementos de trabajo—. Todos van a tener que cubrir sus posiciones al pie de la letra, los informes están claros y es que Francia no se espera este ataque, Maximilian Lefevre borró los registros de nuestra entrada, Witker es el mariscal de campo de la central, por ende, va a ser sorprendido y tomado de los huevos. Mas no quiere decir que no vayan a querer destruirnos para mantenerse en pie, no va a suceder, los de los túneles tenemos que estar listos para ir por el armamento y colocar las bombas.