Más tarde, después de que Atsumu y Sakusa cortaron el pastel; más tarde, después de que cada uno de ellos bailaron con sus padres; más tarde, después de que los miembros del personal limpiaran las mesas; más tarde, después de que los invitados se despidieron de los recién casados que iban en coche a la casa en las montañas donde celebrarían su luna de miel; más tarde, después de que los invitados empezaron a irse en sus propios coches; más tarde, después de que Suna sacara una botella de merlot de la cocina; más tarde, después de que Osamu llegase a su cabaña y se deshiciera de sus zapatos, con la sensación reconfortante del suelo bajo sus pies; más tarde, después de que el peligris abriera la puerta, e invitase al castaño a entrar...Más tarde, cada uno de ellos está de pie en la cocina, todavía en sus ropas formales, pero mucho más desaliñados que al principio del día, mientras Osamu alcanza las dos copas más grandes que pudo encontrar.
—Aquí tienes —las pone sobre la isla, permitiendo que Suna las llenase hasta el borde con el líquido carmesí. El ojiverde le ofrece una copa antes de tomar la suya, cada uno llevándola a sus labios para dar un gran trago.
Suna está nervioso y Osamu lo nota, puesto que ha mejorado su lectura de él durante su viaje juntos. Puede ver la ansiedad recorrer su cuerpo, sin embargo, aunque el golpeteo de sus dedos sobre la isla y su ceño fruncido son un indicio importante, sabe que la razón por la que es consciente del estado nervioso de Suna, es porque es hiper consciente del suyo.
—Tú... —Suna se aclara la garganta en silencio, mitad por reflejo, mitad por costumbre— te veías muy bien hoy.
Un ligero rubor calienta las mejillas del peligris, tanto por el vino como por el cumplido.
—Gracias —murmura, mirando los botones de su traje desabrochado—. Me alegra que el traje haya sobrevivido al viaje en coche.
Una suave risa cae de los labios de Suna luego de beber de su copa.
—Sí, un verdadero milagro.
Ahora es Osamu quien golpetea sus dedos contra la isla, el frescor de la encima hace contraste con su piel caliente.
—Considerando todas las cosas que no sobrevivieron.
Ante sus palabras, la cara de Suna se frunce y un deje de dolor aparece. Aun así, logra esconderlo lo suficientemente bien para responder.
—Te refieres a nosotros ¿no? —su tono de voz es contundente y directo al grano— ¿Después de que nosotros...?
—¿Qué mierda fue eso, Suna? —pregunta Osamu sonando tan exasperado y agotado como se siente— Pensé que nosotros... luego tú... y ahora vienes con que siempre...
—Sé que la he cagado —la vergüenza se hace evidente en su voz—. Lo siento, Samu.
—Estoy confundido —responde rápidamente—, sé que follamos estando ebrios, pero... realmente me gustó. Y a la mañana siguiente se sentía tan bien, entonces Kita llamó y fue como si un interruptor se moviera dentro de ti. Dijiste que todo fue un error, así que lamento por estar confundido, pero... dijiste eso hace menos de 48 horas, y ahora me dices que siempre te ha gustado estar cerca de mí.
La lengua de Suna se desliza sobre sus labios antes de inhalar lentamente, preparándose mentalmente para la conversación.
—Lo siento —responde humildemente—, no quería... sentí que era un error, pero no por nada que hiciste... Fue porque sabía que sentía algo por ti, y que tú no sentías nada por mí.
La admisión de sus sentimientos fue clara durante el baile, pero el reconocimiento verbal de ellas todavía deja un dolor en el pecho de Osamu mientras refuta la declaración.
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42 horas ; osasuna (adaptación)
Short StorySuna y Osamu se ven obligados a hacer un viaje en automóvil para llegar a tiempo a la boda de sus mejores amigos. Del odio al amor, un solo paso... ¿o solo un viaje? Esta historia no es mía, la historia original está en inglés y es un fic de Harry...