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— YURIELKYS OJEDA, ¿¡Dónde estás!?. YURIE.. Oh, Dios mío ¿Qué te ha pasado? — Escuche que decía Samilu mientras pasaba la punta de sus dedos por mi abdomen. Solté un pequeño grito de dolor — Se supone que no tienes pelea hasta dentro de dos meses o tres. Tu abdomen parece que han tratado de sacar tu estomago a golpes — Dijo mientras me quitaba el resto de la sabana para voltearme y ver mi espalda. Hice una mueca de dolor — Joder, ¿Te has puesto la crema? — Negué — ¿Te has dado un baño de hielo o baño caliente? — Negué — ¿Has ido al médico para que te revisen? — Negué de nuevo — ¡Has hecho algo, JODER! — Grito molesta mientras sentía que se paraba de la cama para luego escuchar como caminaba por mi habitación. Volví a negar con los ojos cerrados aún. Escuche como soltó un bufido.

— Solo llegué anoche y me acosté a dormir — Dije con la voz ronca. Aún tenía el sostén deportivo y unos shorts de ejercicio.

— ¿Quién te ha partido el culo?, ¿Con quién peleaste? — Preguntó mientras me quitaba el pantalón. Solté un suspiro de cansancio.

— No era... Bueno si era, pero más bien tipo entrenamiento. Y fue con Becky — Hice una mueca de dolor mientras mi amiga me ayudaba a recostarme en la cabecera de la cama.

— Sabes que, aunque midas lo que midas, Becky mide como diez metros — Reí para después sostener mi estomago por el dolor — A veces creo que es un hombre — Dijo mientras negaba.

— Lo sé, pero ella quedo igual que yo — Dije con una sonrisa triunfante — Al menos acordamos que la cara no — Me encogí de hombros.

— Al menos — Repitió ella en voz baja — Vamos cariño, ayúdame que pesas bastante. Vamos a la ducha — Paso mi brazo derecho por sus hombros y su mano izquierda la situó en mi cintura e hicimos el camino al baño.

Si, anoche me partieron el trasero en un entrenamiento. Tenía moretones en el abdomen tan grandes que casi abarcaban todos mis costados, parte de mi cintura y abdomen, sin contar que tenía uno en el muslo izquierdo. Al igual que en la espalda, en esta solo tenía dos, pero valían por miles, me dolían demasiado. Digamos que la pelea se había salido de control.

° ° ° °

— ¿Tienes hambre? — Pregunto Sami. Negue, solo podía pensar en el dolor — Imagino que no iras a la universidad.

— Imaginas bien — Dije mientras recostaba mi cuerpo con dificultad y haciendo unas cuantas muecas de dolor en el mueble que está situado en la sala.

— ¿Quieres que busque a alguien para que te mande las clases o de una excusa? — Negué otra vez.

— No, tengo mi celular. Gracias — Dije mostrando el aparato y posándolo en la mesa de al lado para después beber de mi taza de té y ponerla en la mesa.

— Vale. iré a clases, vendré en cuanto salga. Llámame cualquier cosa. No hagas nada estúpido — Dijo saliendo por la puerta para cerrarla. Reí y recosté mi cabeza en la almohada para después cerrar mis ojos.

No sé si fue el dolor o el cansancio o tal vez ambos, pero desde que cerré los ojos me dormí inmediatamente en el sofá. Me desperté por el sonido de mi celular anunciando la llegada de una llamada. Estire la mano y con los ojos cerrados conteste al haberlo encontrado.

—¿Hola? — Dije con voz ronca.

Lo siento. ¿Te he despertado? — No pude evitar sonreír.

—No, no, me desperté hace cinco minutos — Mentí.

Amm... Llame porque no te he visto en la universidad y digamos que me sentí extraña al no chocar con nadie hoy — Dijo Valeria soltando una pequeña risa la cual acompañé con otra que fue cortada por tos y un pequeño gruñido de dolor — ¿Estás bien?

K.O   ||   YuleriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora