K.O || Yuleria

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El olor a tocineta entrando por la puerta y la suave música la cual pude identificar como I Took A Pill In Ibiza (SeeB Remix) me hizo abrir los ojos de a poco para adaptarme a la luz que entraba por la puerta y la ventana. Lo primero que sentí como todo mi cuerpo dolía. Me senté en la cama mirando al vacío por unos minutos hasta que decidí levantarme de la cama y caminar al baño.

Me pare de golpe para verme en el espejo y abrí los ojos como dos faroles. Tenía chupetones por todas partes de mi cuerpo. En mi clavícula, en mi cintura, en mi abdomen, uno que otro en mis piernas, en mis costados y el cuello ni se diga. Voltee temerosa de lo pueda ver y ya veo la razón por la cual siento tanto escozor en mi cuerpo. Valeria me había arañado toda, no había un lugar limpio en mi espalda el cual no tuviera marcas de sus uñas en mi piel, incluso pude ver una que otra piel levantada por haber enterrado sus uñas tan fuertes.

— Santa mierda — Dije sorprendida al ver arañazos en mi trasero por igual. Creo que esa se ha vuelto mi frase favorita.

Cerré los ojos por unos segundos para después caminar a la ducha, soltando un leve gemido de dolor al sentir el agua caliente hacer contacto con mi espalda arañada.

Al salir de la ducha envolví mi cuerpo en una toalla caminando a mi armario agarrando ropa interior y una camiseta algo holgada a mi cuerpo ya que por obvias razones no quería nada rozando mi piel. Así que de esa forma camine, con una camiseta holgada, con nada abajo más que mis bragas y mi cabello suelto mojado por haber acabado de salir de la ducha.

Camine a la cocina que era de donde venia la música y el olor, topándome con lo más hermoso que mis ojos han visto. Se escuchaba Nobodys Business y Valeria me daba la espalda, moviendo sus caderas suavemente al ritmo de la música mientras murmuraba la letra y hacia el desayuno.

Tenía uno de mis suéteres que decía mi apellido y el nombre del gimnasio donde entrenaba con las mangas remangadas hasta los codos, al igual que yo solo traía bragas, las cuales eran negras y en letras grandes y rosadas decían ''PINK'' y con su cabello amarrado en un moño al descuido y algunos flequillos cayéndole a los lados, se veía preciosa. Sonreí al verla porque me podría acostumbrar a esto. Me pude dar cuenta de algunos chupetones en sus largas, bronceadas y torneadas piernas, esto haciéndome sonreír.

Me aclare ligeramente la garganta y ella dio la vuelta dándole una mordida a una fresa para después darme una sonrisa. Si, ella estaba igual que yo y creo que peor.

— ¿Te diviertes? — Estaba apoyada en el marco de la puerta y ella dejo la fresa a un lado y camino para poner sus finas manos a los lados de mi cuello y haciendo que bajara un poco el cuerpo choco sus labios con los míos en un beso suave y tierno haciéndome suspirar.

— Buenos días — Dijo con una sonrisa mientras su labio inferior estaba atrapado en sus dientes y me miraba con ojos inocentes.

— Buenos días — Estaba embobada, eso no me lo tenía que decir. Valeria me hacía entrar a la lista de las personas estúpidamente enamoradas — ¿Cómo dormiste? — Pregunte.

— Genial, ¿Y tú? — Acariciaba la parte trasera de mi nuca, específicamente mi tatuaje situado en esta.

— Muy bien, gracias. Aunque me has matado — Ella soltó una carcajada ese sonido haciéndome reír como completa idiota.

— Tu no te quedas atrás — Se separo un poco de mí y subió el suéter hasta por encima de sus pechos los cuales debo recalcar estaban sin sostén y abrí los ojos de golpe. A ella si no le quedaba un solo espacio para un chupetón. Bajo el suéter agarrándome por sorpresa al saltar encima de mí y abrazar mi cintura con sus piernas — Feliz cumpleaños cielo — Sonrió con la lengua entre sus dientes y la nariz arrugada agarrando mi cara con sus pequeñas manos. Si definitivamente me podría acostumbrar a esto.