40

1.5K 87 2
                                    

Gracias a que las chicas al igual que yo querían ver e ir el campeonato, nos dejaron quedarnos hasta el día después del campeonato para luego dirigirnos a nuestro destino final. Rusia. Así que me encontraba sentada en la cama con mi espalda apoyada en el espaldar, mis anteojos en mi cara y el libro El Juego de Ripper cuando escuché la puerta de la habitación ser tocada y Elsa salió del baño abriéndola y como estaba muy concentrada en mi lectura no pude diferenciar quien estaba allí.

Sentí la cama hundirse y algo caliente en mis piernas. Desvié mi vista de las páginas y fijé mis ojos en el cabello negro trenzado y la cara pálida de Yuri con sus ojos cerrados y sonreí pero cayó al sentir el lugar en donde tenía su cabeza recostada caliente. Pase mi mano por su frente y cuello sintiéndolos como una hornilla.

— Yuri — Ella hizo un sonido sin emitir palabra alguna aun con sus ojos cerrados — Cielo necesito que me mires — Y eso hizo. Sus ojos estaban de un hermoso marrón apagado, la orilla roja y se veían cansados — Yuri, ¿Qué pasa? — Ella desvió su mirada y volvió a cerrar sus ojos encogiéndose de hombros.

Deje el libro en la mesa de noche que había en el medio de las dos camas y agarre su cabeza con delicadeza soltando un suspiro al sentirla tan caliente y dejándola a un lado de mis piernas, Yuri ni se inmuto del movimiento y permaneció con sus ojos cerrados y su respiración lenta. Quite la sabana con la cual se había arropado al acostarse y entre mi mano por debajo de su camiseta sintiendo su espalda caliente, tan caliente como su cabeza, su abdomen por igual. En conclusión su cuerpo completo estaba ardiendo en fiebre. Y aquello me preocupo.

— Yuri — Ella seguía durmiendo — Yuri — Di unas cuantas palmadas suaves en su cara y abrió sus ojos que se movían algo desorientados hasta posarse en mí y sonrió cansada — Estas ardiendo en fiebre, necesito llevarte a un hospital, estas ardiendo en fiebre — Estaba preparada sabiendo que Yuri se convertía en una niña de cinco años cuando escuchaba la palabra médico, hospital o medicina pero para mi sorpresa no lo hizo. Solo asintió sin ganas y volvió a cerrar los ojos.

Busque en el baño hasta encontrar un termómetro digital y lo coloque bajo su brazo y lo deje allí mirando a Elsa que me miraba de la misma manera en cómo la miraba a ella. Preocupada. Yuri tenía su campeonato mañana y estaba perfectamente bien esta mañana al irse a entrenar, nada de fiebre, nada de ojos cansados ni rojos ni marrones sin ganas. Todo perfectamente bien.

El sonido del termómetro hizo que desviara la mirada al cuerpo yacente en mi cama. Abrí mis ojos al ver el número en la pequeñísima pantalla.

— Agarra mi celular, busca el contacto de Samilu y dile que espere en la entrada del hotel con un taxi a su lado, Yuri tiene fiebre en cuarenta y uno casi dos — Mi amiga asintió e hizo lo que le pedí y poniéndome el abrigo y agarrando a Yuri como pude la saque de la habitación. Caminaba sin ganas algunas.

Sami estaba en la puerta del hotel y al verme con Yuri me ayudo a entrar, la ojimarron dejó caer su cabeza hacia atrás con sus ojos aun cerrados y vi como hizo una mueca de dolor y me alarme.

— ¿Qué pasa? — Acaricie su cara despacio.

— Me duele la cabeza — Suspire escuchando su voz apagada — Tengo frio — Me quite el abrigo que tenía puesto y se lo puse a ella, sorbo por su nariz y abrazo su cuerpo para acomodarse mejor en el asiento y seguir descansando.

Cuando llegamos al hospital y a Yuri la pusieron en una camilla, ella dejo medio cuerpo fuera y vomito en suelo, esto haciéndome alarmar pero me quede en la recepción dando sus datos. su nombre, edad, donde nació y todo eso. Me senté al lado de Samilu la cual estaba mirando al suelo con su cara recargada en su mano, me dio una sonrisa que no llego a sus ojos y volvió su vista al suelo.

— No podrá pelear mañana — Dije suave y despacio y escuché una suave risa de parte de la castaña a mi lado.

— Yuri no dejara que una fiebre y vómitos le quiten el privilegio de convertirse en campeona de peso paja en boxeo y lo sabes — Lo sabía, sabía que Yuri era tan terca para decir que se encontraba bien, pero no era una fiebre de treinta y ocho o nueve grados, eran cuarenta y uno casi dos.

Pasos hicieron que desviara mi mirada de la pared y viera como un hombre apuesto de uno noventa, cabello castaño, ojos color miel, entre los veintiocho y treinta años se parara en el pasillo.

— ¿Familiares de Yurielkys Ojeda? — Su voz gruesa y con un acento francés hizo que me levantara junto a Samilu y caminara hacia el — ¿Son ustedes? — Él nos miró y asentimos, me sonrió antes de hablar de nuevo — Mi nombre es Bastian Martin. Le dimos algo para bajar la fiebre y algo para parar el vómito, solo es un virus que contrajo pero estará perfectamente bien. tienen suerte de haberla traído una fiebre tan alta la pudo haber puesto en coma o haberle provocado un infarto. La tendremos hasta mañana en la mañana, por si algo cambia pero ya pueden entrar — Solté aire que no sabía que tenía retenido y asentí. El chasqueo los dedos y hablo de nuevo — Esta preguntando por alguien llamada, Valeria — Levante la mano despacio — Esta en la habitación 508, tercer piso, el ascensor esta al final del pasillo mano derecha — Junto con Sami caminamos al ascensor y apretando el botón con el número tres esperamos hasta llegar al piso correspondiente para poder ver a Yuri.

Abrí la puerta ligeramente y vi a Yuri acostada y una vía de suero en su brazo. Sami había salido hace unos segundos, dejándome pasar a mí y darme tiempo, diciendo que iría a la cafetería. Tenía su vista en el techo pero al escuchar la puerta esos orbes marrones pegaron a los míos y sonreí.

— Me quiero ir — Fue lo primero que salió de su boca al verme haciéndome reír leve y entrar para sentarme a su lado. Agarre su mano libre y ella acaricio mi palma con sus dedos — ¿Te he asustado? — Su voz salió suave pero aun algo apagada y cansada.

— Me has asustado muchísimo — Repetí acariciando su rostro algo caliente pero no tanto como antes — No vuelvas hacer eso, si te sientes mal ve a un hospital, no a mi habitación cielo — Ella sonrió pero de forma leve.

— Es que tú me haces sentir mejor — Nos quedamos en silencio, ella acariciando la palma de mi mano con sus dedos, y yo con mi cabeza recostada en su abdomen viendo como ella tenía su mirada fija en los movimientos de sus dedos. Sentí mis ojos aguarse, y su vista cayó en mi al escucharme sorber por la nariz — Solo fue fiebre Vale — Dijo despacio limpiando una lagrima que había salido con una caricia. Negué.

— Yuri, no se dice: ''Solo fue fiebre'' cuando pudiste haber muerto o caído en coma. No sabes el miedo que tenia de que aquello pasara, no es normal, ver a tu novia que siempre esta alegre, activa y que de un momento a otro entre a tu habitación de hotel y parezca un muerto andante prendido en fuego. Así que no, no solo fue fiebre Yurielkys Ojeda — Le di unos golpecitos en el abdomen con mi dedo índice y escuche su risa llenar la habitación haciéndome sonreír a mí.

Ella me agarro la cara y suspire al sentir sus manos calientes. Me acerco a su boca al punto de rosar nuestros labios y hablo — Te quiero mucho. Y me quiero ir — Me dijo despacio y reí.

Y me besó.






°°°

Espero que les estén gustando los capítulos.

K.O   ||   YuleriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora