— Entonces... No hay que tener miedo, todo estará bien — Estábamos en el el avión, en el vuelo para dirigirnos a Liverpool, el lugar donde vivían los padres de mi ojimarron la cual miraba con una ceja en alto y una pequeña sonrisa mientras ella miraba a la ventana y al frente para luego pasar sus manos por su rodilla. Estaba nerviosa — Todo saldrá bien, ellos están bien y yo también. No estoy nerviosa, solo estamos bien cielo — Esta nerviosa.
Hecho su cuerpo hacia atrás para mirar los botones del techo y comenzó a tocarlos mientras silbaba haciendo una suave melodía. Yo solo podía reír leve — ¿Crees que el avión se caiga? — Pregunto de repente y levante mi vista del libro que tenía y la mire con el ceño fruncido — Si fuera a caerse donde preferirías que se cayera, ¿Cuándo estuviéramos en agua o cuando estuviéramos aterrizando? — Iba a decirle que se durmiera pero Samilu se adelantó.
— Cierra la maldita boca Yuri, lo entendemos, estas nerviosa por ir donde tus padres y que temes a las alturas. Pero hay un punto y limite en cada ser humano donde deben de dejar de hablar tanta mierda y ya llegaste al tuyo. Así que cierra el pico y duérmete — Tape mi boca riendo y escuche un gruñido de parte de la pelinegra.
Vi cómo se dio la vuelta dándome la espalda y cerro la ventanilla y se arropo con la manta. Enterré mis dedos en su cabello oscuro acariciando de manera suave, haciendo que ella soltara un suspiro. Me acerque a su oído — Te quiero. No estés nerviosa — Vi una pequeña sonrisa en su boca y no tuvo que responderme. Dejé un casto beso detrás de su oreja, en su tatuaje y volví acomodarme para terminar de leer La Chica del Tren.
Acabamos de salir del avión y nos encontrábamos esperando las maletas. Samilu tenía cara de perro al igual que Yuri pero esta última tenía su cara con una pizca de sueño. La pelinegra empujo leve a su amiga y caminaron a buscar las maletas, me paso la mía y comenzamos a caminar a la salida mientras yo enganchaba mi brazo libre del de ella.
— Que hermoso, más frio. Que belleza — Dijo de manera sarcástica Samilu — No quería decirlo Valeria, pero creo que iré a Miami a presentarme como tu sujeta velas, necesito calor — Reí leve al escucharla. Luego de que nos fuéramos de Liverpool, Samilu iría a Nueva York mientras Yuri y yo iríamos a Miami a ver a mi madre y hermana.
Sentí como Yuri dejo mi brazo y se fue a una distancia prudente para hablar por celular. Luego de unos quince minutos volvió donde nosotras. soltó un leve suspiro y vi como el humo blanco salía de su boca y de su nariz cuando respiraba.
— Ya hablé y pues mandaran a alguien a buscarnos. Se supone deben estar aquí en unos minutos — Y no se equivocó. Quince minutos luego una Range Rover negra y de ella bajaba un chico alto, de cabello castaño, apuesto y con una barba cuidada. Tenía un parecido a Yuri pero no mucho.
Miro a la ojimarron y una sonrisa que podía iluminar el aeropuerto se plasmó en su cara y corrió a nosotras y no tuve tiempo de reaccionar cuando vi como la ojimarron corría hacia él y le saltaba encima envolviendo su cintura con sus piernas y su cuello con sus brazos. Las risas de ambos se escucharon y como podía diferenciar que hablaban pero no en inglés, en italiano.
— Es José, el hermano de Yuri. Ella tiene un buen tiempo sin venir — Comento Samilu y mi cara de pregunta se instaló y levanto dos de sus dedos en mi dirección.
— Vale — Escuche la voz de Yuri y como venía con aquel apuesto chico de unos veinte años a su lado — Este es José, mi hermano — Estire mi mano y él la agarro dándole un leve apretón — José, ella es Valeria, mi novia — Le di una lee sonrisa y el desvío su mirada a Samilu.
— Ya no estas tan enano — Y se abrazaron.
— Por favor, está haciendo frio. Vamos a casa, mi madre está ansiosa por verlas — Nos miró — A las tres — Y lo seguimos al auto donde entro nuestras maletas y nos dirigimos a la casa de los padres de Yuri.