44

1.6K 93 7
                                    

Tenía dos horas sentada en la sala de espera al lado de Samilu. Hace dos horas que habíamos llegado al hospital. Al llegar, Yuri comenzó a vomitar sangre. Cerré los ojos con fuerza al recordar los gritos de la ojimarron por los pasillos. Abrí los ojos cuando escuché un carraspeo de garganta.

— ¿Familia de Yurielkys Ojeda? — Escuche una voz gruesa y con un acento británico bien pronunciado. Como siempre, Samilu y yo nos levantamos y fuimos a él. Era un hombre alto, de unos cuarenta y algo, con unas cuantas canas — Yuri...— Dejo la frase en el aire por un rato y se arregló sus anteojos, soltó un suspiro — ¿Tuvo algún golpe fuerte hace poco?, por lo que vi en su abdomen me imagino que si — Junto con Samilu asentí.

— Es boxeadora profesional — Dijo la latina.

— Pues tengo para decirles que Yuri tiene hemorragia interna, al parecer le golpearon bastante fuerte en el estómago o repetidas veces. No es malo pero tampoco es bueno que digamos. Fue bastante fuerte — Quería llorar — La dejare ir esta noche porque los analgésicos le están haciendo bien pero debo decirles que tal vez se ponga peor — Arranco una hoja de una libreta y nos la paso — Aquí tiene que puede comer y beber y lo que no puede también, los medicamentos y demás. Tendrá mucha fiebre, en caso de que la fiebre pase de los treinta y nueve por favor llevarla a un hospital. También es posible que su tos salga con sangre, al igual que la orina y el vómito. Mucho dolor de estómago. No recomiendo que haga ningún tipo de ejercicio o se pondrá peor. Todo pasara en unas semanas, tal vez un mes máximo y en caso de que no sea de esa forma llévenla a un hospital — Me miro y sonrió leve — No se preocupe señorita, tiene un cuerpo fuerte. Créame, tuvimos que suministrarle los analgésicos más fuertes — Asentí limpiando las lágrimas que caían — Si me disculpan tengo más pacientes. Pasen buenas noches — Y con eso desapareció de nuestra vista.

— Bien — Samilu se levantó del asiento — Yo iré a buscarla y tú has esas cosas que se hacen para sacar a los pacientes y largarnos de aquí — Asentí y me dedique a hacer lo que había dicho.

Eran las tres y cuarenta de la mañana cuando entramos a la casa de la familia de Yuri con sumo cuidado, para no hacer ningún tipo de ruido. La ojimarron a mi lado, se encontraba algo drogada, bueno algo no, drogada por los analgésicos para el dolor, con sus ojos rojos y desorientados.

— ¿Saben qué? — Si, y muchos disparates que estaba hablando.

— ¿Qué? — Contesto su amiga.

— Quiero un unicornio o un pollo y le pondré Margot o Franchesca, tal vez Francisca. Cuál de los tres se escuche más feo. Tal vez me compre los dos — Paro unos segundos — Si, me comprare los dos — Estaba riendo leve mientras llevaba a la pelinegra a la habitación donde dormía con ayuda de Samilu — No estoy invalida, coño — Le di un leve manotazo en la boca.

— Esa boca — Ella soltó un gruñido.

— Lo siento — Murmuro. Escuche la risa de Sami.

— Gobernada — Le dijo Sami.

— Pendeja.

— Estúpida.

— Idiota.

— Albina.

— Mama-

— ¡Yurielkys! — Grite/susurre cuando la escuche y sabía perfectamente lo que iba a decir. Escuché la risa de ambas y negué con una sonrisa. No se podía con aquellas dos.

— ¿Quieren jugar jenga? — La voz de Yuri nos sacó del silencio. Samilu abrió la puerta de la habitación y entre con Yuri a mi lado.

— ¿Puedo irme a dormir ya? — Asentí.

K.O   ||   YuleriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora