K.O || Yuleria

22

Estaba saliendo de mi habitación, cuando veo a Sofía viendo televisión y Majo en la cocina. Al salir Sofía dio la vuelta para verme — ¿Dónde vas? — Preguntó con una ceja en alto.

— Iré a la casa de Yuri, cenare allá Majo, lo siento — Dije con una mirada de disculpa al ver que cocinaba y ella me sonrío tiernamente.

— No te preocupes cariño, espero que la pases muy bien, mándale saludos a Yuri de mi parte — Dijo y se volteo de nuevo a la estufa.

— Claro que la pasara bien, usa protección Vale, olvídalo los dedos no embarazan — Sofía dijo riendo y rodee los ojos — ¿Me imagino que no dormirás aquí? — Pregunto.

— Posiblemente no — Dije con una sonrisa saliendo del apartamento — Nos vemos mañana chicas en caso de que no vuelva — Dije cerrando la puerta y caminando a mi auto mientras veía la dirección que Yuri me había enviado y con eso me dirigí a su casa.

Después de unos veinte minutos llegue frente a una casa de dos plantas bastante grande para ser sincera y no podía creer que viviera completamente sola aquí, esta casa a pesar de tener solo dos plantas era enorme. Salí del auto y al ponerle seguro camine a la entrada de la casa y espere unos minutos después de haber tocado el timbre para ver como Yuri abría la puerta con una sonrisa, estaba sexy aunque tuviera una ropa bastante sencilla. Tenía unos pantalones chandal grises, estaba descalza, una camiseta negra cortada a los lados de The 1975 de forma que se le veía su sostén deportivo del mismo color y parte de sus costados, su cabello negro amarrado en un moño descuidado, sus anteojos negros cuadrados en pasta, su aro en la nariz, sin maquillaje y con esa sonrisa se veía extremadamente sexy — Hola — Dijo y la abrace para después darle un casto beso en los labios — Hola — Le respondí y ella se hizo a un lado haciendo ademan con su mano de que pase, al hacerlo abrí ligeramente la boca, su casa era hermosa, el piso era de madera. No me dio tiempo a ver más cosas cuando ella se puso delante de mí.

— ¿Quieres ver el resto de la casa? — Pregunto ladeando un poco su cabeza a la derecha y reí suave al ver el gesto y asentí.

— ¿Y la comida? —Pregunte — ¿No tienes que estar al tanto? — Volví a preguntar.

— No te preocupes está en el horno, ¿Te gusta la lasaña? — Pregunto y asentí — Bien, hice Nidi di rondine — Dijo con el acento italiano más sensual que he escuchado en mi vida, pero fruncí el ceño porque en ningún momento en ese nombre escuche lasaña. Ella me llevo alrededor de la casa enseñándome la cocina, la sala una habitación que había en el primer piso, para luego llevarme a una vitrina grande que daba vista al patio trasero y se podía ver una piscina que básicamente le falta poco para ser olímpica, salió y yo con ella. Era hermoso, la piscina estaba iluminada por unas luces suaves, había una pequeña área con mesas y sillas y dos hamacas, el pasto sé que lo cuida porque estaba corto y al seguir mirando vi una mancha negra recostada en el pasto — ¿Qué es eso? —Dije apuntando a la mancha y ella rio.

— Esa es la princesa de esta casa básicamente — Dijo riendo — ¡Canelita! — Grito e inmediatamente lo que se veía como una mancha, al levantarse era un gato completamente negro con excepción de su pata izquierda que al final era blanca pero de lejos se veía hermosa, caminaba como una diva y yo reía viéndola caminar con toda su calma, al ella llegar donde Yuri, se estrujo en sus pies ronroneando y ella se agacho un momento para cargarla — Canela, Vale, Vale, Canela — Dijo enseñándome a su gata, tiene sus ojos extremadamente azules, es hermosa, el pelo sedoso y suave con un collar rosa pálido y una plaquita redonda donde el nombre ''Canela O.'' se veía en ella, mire a Yuri con una ceja alzada por el collar, pensaba que no le gustaba el rosa y ella se encogió de hombros — Es una diva — Dijo de manera simple y reí mientras acariciaba al animal, ella la puso en el suelo y con el mismo aire que camino a nosotras, camino para entrar a la casa y Yuri y yo reímos — Gatos — Dijo y entramos a la casa — Ven, te enseñare mi lugar favorito.