Colloportus

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NA; Ahí va! De nuevo ando con un día a tope y mucha migraña, sorry por no editar, perdonad si encontráis algún dedazo pero como los capis son día a día (una palabra por día) o lo subo ya o no me da tiempo (muero de sueño)

Gracias por leer.




Después de la comida, que fue igual de ruidosa que lo había sido la mañana, todos los familiares y allegados, se fueron dispersando por la casa. Algunos de los que eran padres o madres se fueron a atender a sus hijos, acostarles o jugar con ellos, los niños más mayores salieron corriendo a los terrenos, equipados con artículos de Sortilegios Weasley. Percy y su esposa se decidieron por el ajedrez mágico mientras Potter, Weasley y el resto cogieron las escobas para improvisar un partido de Quidditch al que Draco se unió de buena gana.

Una hora después, cansado de los gritos y el alboroto, dejó el campo y se acercó a la casa para buscar a Granger.

No tardó en encontrarla, entrando en una de las habitaciones de aquella extraña y retorcida casa. En silencio, con una sonrisa ladeada, se metió tras ella sigilosamente, apuntó con la varita al pomo de la puerta y susurró.

Colloportus —miró por encima del hombro y la vio observándole con una ceja arqueada y los brazos cruzados —mufliato —la sonrisa de su rostro se hizo más amplia —fermaportus

—Draco ¿Qué crees que haces?

—Protego totalum

Merlín, Draco —ella soltó una risita y sacudió la cabeza con incredulidad

Salvio Hexia

La risa de Hermione se convirtió en una carcajada y Draco, atraído por ese sonido como lo hubiera estado hacia el canto de una sirena, se acercó a ella despacio.

—Me niego a que cualquiera de ellos —dijo señalando la puerta con el pulgar —entre aquí a molestarnos —la sujetó de la cintura y la atrajo hasta que ella le rodeó el cuello con los brazos —llevo todo el maldito día buscando un momento para ponerte las manos encima —susurró contra su boca.

—Esos hechizos no servirán de nada en la casa de los Weasley —replicó Hermione entre besos —hasta el más pequeño de esos pilluelos sería capaz de encontrar la forma de entrar en una habitación cerrada —sonrió bajo el ataque de la boca del rubio que le robaba pequeños besos intercalados con mordiscos.

—Solo necesito unos minutos de esto —murmuró absorbiendo su labio inferior y jugueteando con su lengua en él —Feliz Navidad, Granger —le dijo hundiéndose en aquella cueva húmeda y suave que se abrió para él.

Con un suspiro de rendición ella se derritió sobre él y se perdió en ese beso tan lleno de ternura que la dejó jadeante y hambrienta de más.

—¿Cuándo podremos marcharnos? —le preguntó metiendo las manos bajo aquel horroroso jersey de lana tejida que le había regalado la señora Weasley.

—Mmmm —ella tenía los ojos cerrados y se había convertido en masilla en sus manos —tal vez podríamos irnos ya —le dijo perdida en las sensaciones de sus dedos dibujando arabescos en la piel de su espalda.

Antes de que ella pudiera cambiar de opinión, Draco les apareció en su apartamento.

—¡Draco! —la bruja le apartó de un empujón y le señaló con un dedo acusador —No podemos irnos así.

—¿Así cómo?

—¡Sin despedirnos!

Él puso los ojos en blanco, pero no dijo nada cuando ella le sujetó del brazo y les volvió a llevar hasta la Madriguera en un parpadeo.

Memento MoriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora