Dos maricas, un teatro (prológuito)

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Cuando las diferencias entre dos personas son evidentes, esto puede resultar en...

Enemistad: la más certera.

Amistad: lo menos probable.

Cuando crees que alguien demasiado idiota merece una lección, pero tú también pecas con ser lo más parecido a ese idiota del que tanto te quejas.

Cuando dos personas no se soportan.

Tweek y Craig, dos chicos completamente opuestos. Uno, un amante del teatro perteneciente a un grupo marginado por los populares pero querido por los demás "mortales". El otro, Craig, un rompecorazones, y es popular a pesar de su actitud de mierda.

¿Por qué alguien así era tan popular y admirado? Al igual que sus otros amigos, el grupo de chicos populares destacaba por sus habilidades increíbles y, sobre todo, por lo que movía montañas: la apariencia.

Día tras día, ambos chicos y sus grupos chocaban debido a sus diferencias. Bueno, en realidad solo Tweek y Craig, pero sus amigos debían apoyarlos.
La gente podría pensar que era absurdo, pero en la mente de cada uno, la razón era más que obvia.

Todo comenzó en el primer año de secundaria. Cada uno vivía su propia realidad con tranquilidad hasta que los directivos de la escuela, junto con el comité estudiantil, tuvieron la idea de implementar clubes. En su momento, fue lo mejor. Muchos alumnos formaron clubes basados en sus gustos y así se forjaron muchas amistades inseparables.

Quién diría que un día, uno de los chicos más aclamados de la escuela se interesaría por el club de teatro. Ese repentino interés surgió cuando, por curiosidad, Craig vio una de las películas adolescentes que su hermana menor solía mirar.

Era la primera vez que dejaba a un lado su orgullo, incluso con la burla de sus amigos que a veces eran tan idiotas como él.

Y así fue, entró por la puerta del club, aquél día.

Solo se encontraba el presidente, como él esperaba y obviamente no se atrevió a ir más temprano por miedo a ser visto por otros alumnos.

Vio a un chico rubio sentado en un banquito en el escenario, leyendo en voz baja lo que parecía ser un guion. El teatro de la escuela era grande, por lo que sus pasos resonaban, llamando rápidamente la atención de ese chico, a quien nunca había visto antes, al menos en lo que recordaba.

Sin embargo, Craig, solo había dejado su orgullo para llegar hasta ahí, porque no pudo evitar actuar como un idiota en lugar de admitir que deseaba unirse al grupo de teatro.

-¿Eres el presidente de este club? - preguntó Craig con un tono altanero.

El chico rubio se incorporó del banquito, dejando los papeles que tenía encima de un piano que se encontraba en el gran escenario.

-Sí, soy yo. ¿Deseas inscribirte? - respondió y comenzó a buscar una libreta donde anotaba a todos los miembros.

Craig podría haber respondido de la forma más normal del mundo, pero era Craig Tucker, por lo que decidió actuar como un idiota en lugar de admitir que deseaba ser parte del "grupito de maricas".

-Bueno, si insistes, puedo unirme a tu ridículo grupito de maricas -usó el tono de voz más irritante que pudo.

Pero él no sabía que el chico frente a él no se andaba con juegos, era una persona ansiosa que prefería evitar los dolores de cabeza que le provocaban los idiotas creídos.

-Bueno, ya que no estoy "insistiendo", puedes dar la vuelta e irte a la mierda - esto impactó a Craig, pues no se esperaba esa respuesta. -Ah, y por favor, cierra la puerta cuando salgas.

Destino o Castigo - [ Creek ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora