Algunas verdades

551 68 225
                                    

…*

Entendí e intenté comprender muchas cosas, pero no pude discernir en qué momento todo se volvió tan oscuro, como si fuera una noche eterna que me envolvía por completo en su abismo.

La familia que tenía, los recuerdos más preciados, se hundieron en lágrimas saladas…

Y mientras todo a mi alrededor se desmoronaba, traté de comprender…

…*

Hay cosas que deben decirse antes de que sea demasiado tarde; nunca sabrás cuándo será la última vez que puedas sincerarte con los que quieres.

Ahora, después de dejar pasar tanto tiempo, es hora de enfrentar la incómoda verdad y la preocupación que lleva al desastre.

—¿Quieren decirme qué está pasando? —dijo Tweek visiblemente confundido.

Era la hora del almuerzo, y se encontraban en la cafetería. Rebecca no fue hoy a la escuela, y tampoco respondía mensajes e incluso borró alguna de sus cuentas de redes sociales. Fue algo muy extraño para todos. O tal vez solo para Tweek, porque al parecer, sus amigos tenían una idea de qué pasaba.

—Emmm... —Gary pensaba en qué decir.
—Pip te lo explica.

Le cedió la palabra al otro, ya que era muy difícil decir la verdad ahora que se daba cuenta.

—Ahhh... —Pip pensaba en qué decir.
—Butters te lo explica.

Tweek empezaba a irritarse y sentía un tic en su ojo derecho. ¿Qué estaba pasando?

—Ummm... —Butters tampoco sabía qué decir. —Ehhh…

Bueno, ninguno de los tres se decidía por decirle, tampoco sabían si era verdad lo que estaban pensando, pero todo parecía indicar que sí.

—Yo le digo —dijo Damien apareciendo de la nada. —No entiendo cómo les cuesta tanto, típico de los mortales, son débiles.

Recibió un pequeño golpe en el hombro.
Ninguno de los tres quería que dijera algo; ellos debían hacerlo, pero tampoco se atrevían.

—Bueno, ya —dijo Tweek levantándose de su asiento de golpe y poniendo sus manos sobre la mesa. —¿Alguno me va a decir qué está pasando de una buena vez? Me están poniendo ansioso.

—Mejor dejemos que Damien le diga —dijo Gary un poco nervioso. —No creo hacerlo yo.

Los demás asintieron y le cedieron la palabra a Damien, que miraba divertido el sufrimiento de todos, excepto de Pip; eso sí no le gustaba. Y como ya estaba aburrido de escucharlos debatirse, lo iba a decir.

—Tu amiga, la loca... —empezó diciendo Damien, y lo miraron feo. —Bueno, ella, no quiso decirte, pero sus padres la van a enviar lejos o probablemente ya esté muy lejos en este momento —la expresión de Tweek empezó a cambiar de repente. —Para resumir, se fue para siempre y quizás no la vuelvan a ver. ¿Ven que no era tan difícil?

Escuchar eso fue como un golpe muy fuerte en el pecho; primero, escuchó que había perdido a una de sus mejores amigas y segundo, le estuvieron mintiendo todos estos días. No le dijeron nada y ahora se estaba enterando de esta forma.

No quería reaccionar mal, pero esto le parecía demasiado. No pudo hacer nada por su amiga y además, la obra a fin de año. ¿Cómo se solucionan las cosas en este punto?

—¡¿Y recién me entero ahora?! —alzó la voz enojado, llamando la atención de todos. —¡¿No me tenían confianza como para decirme?! ¿Qué les pasó...?

Se sentía decepcionado, justo como ellos esperaban que reaccione, pero nunca con una expresión tan triste. Estaban los tres cabizbajos, aceptando que les hable de esa forma, porque sinceramente, sentían merecerlo.

Destino o Castigo - [ Creek ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora