Clichés y recuerdos

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Solo hay cosas que puedes entender con el paso del tiempo.

Cuando eso pase, tal vez no sepas cómo afrontarlo... Pero, confía.

...

Enviar un mensaje de texto nunca había sido tan difícil para alguien acostumbrado a recibirlos.
¿Por qué ahora?

Craig se encontraba en medio de un debate mental, enviar el mensaje o no.

Su madre le había pedido que invitara a Tweek a su casa, pero, oh, ¿cómo haría eso? No podía ser tan complicado, pero por alguna razón lo era. Era solo un estúpido mensaje.

Mientras estaba en eso, su hermana irrumpió en su cuarto; ya ni se molestaba en reclamarle.

-¿Qué quieres? -dijo aburrido.

-Solo vine a preguntarte si ya le dijiste a Tweek que pase por aquí -dijo Tricia con una pequeña sonrisa.

Craig rodó los ojos. -¿Y por qué no lo haces tú?

Tricia se extrañó; su estúpido hermano es un idiota, pero no es un asocial. -Pero no entiendo, solo es un simple mensaje -. Se cruzó de brazos. -En todo caso, díselo en persona y ya, no te compliques -dijo con obviedad.

Ella lo decía como si fuera tan fácil, pero no lo era, al menos no para Craig, porque le resultaba raro. ¿Invitarlo a su casa no era como mucha confianza? Y ellos apenas intentaban no llevarse tan mal, entonces, ¿no sería raro?

Muchas preguntas lo invadían, y Tricia lo miraba como si fuera un idiota.

-No sé, ¿no sería raro? -dijo Craig pensativo.

Ella lo miró confundida. -¿Por qué lo sería? Digo, solo lo estás invitando porque nosotras queremos verlo, no le estás pidiendo matrimonio... -sonrió maliciosamente. -Aún.

Craig le aventó su almohada, y ella se la regresó.

-Idiota, no sé por qué te sigo hablando -dijo enojado.

-No tenemos opción, supongo -dijo eso y salió de la habitación.

Craig se quedó pensando, y era cierto, solo le pediría venir porque su madre y hermana querían; a él no le interesaba verlo en su casa. Entonces, si era así, incluso podía decírselo en persona cuando estuvieran en el ensayo de hoy; de todos modos, no tenían esa confianza como para mandarse mensajes.

Con eso en mente, se recostó en su cama para dormir un rato.

...

Tweek se encontraba en su escritorio resolviendo algunos ejercicios de matemáticas. No era particularmente malo en la materia, pero le costaba un poco.

-No... así tampoco... -murmuraba mientras borraba su procedimiento.

Entonces, escuchó la puerta de la casa abrirse y supo de inmediato que se trataba de sus padres. No les había hablado desde ayer y tampoco sentía ánimos para hacerlo.

Pero, oh, tenía un permiso que necesitaba ser firmado, y él no sabía falsificar firmas. No tuvo más remedio que agarrar ese papel y salir de su habitación para llevárselo a sus padres.

Mientras bajaba las escaleras, los escuchó hablar sobre algo relacionado con la cafetería, pero eso no le interesaba. Estaba dudoso si acercarse o no; odiaría que volvieran a reclamarle lo mismo de siempre, era muy agotador.

-Mamá, papá... -dijo temeroso, y ellos notaron su presencia, mirándolo de manera seria.

Se sentía incómodo, como cada vez que discutía con ellos.

Destino o Castigo - [ Creek ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora