Lo que sé y tu no...

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Cuando dicen: "no hay nada más que hacer", se siente como un golpe en el alma, una situación común en el lugar más frío y oscuro del planeta, pero nunca terminarás de acostumbrarte a escucharlo.

¿Qué se hace cuando hay una salida, pero parece que simplemente no estás dispuesto a alcanzarla por ti mismo?

Resulta gracioso; siempre deseaste morir, pero cuando estás a punto de conseguirlo, sientes miedo y piensas que tal vez debiste seguir intentando.

Un sentimiento que se hizo frecuente desde que despertó en la fría habitación de hospital.

Se encontraba en la camilla con las dolorosas agujas que proporciona la medicina. Miraba hacia ningún lugar, solo se perdía en sus pensamientos. Las cosas resultaron así.

Escuchó cómo la puerta fue abierta, al ver quién era se encontró con una enfermera que se veía muy amable. Traía en manos una bandeja con comida y pensó:

"Otra vez lo mismo."

Vio aburrido cómo la mujer tomaba asiento al lado de la camilla con la intención de darle de comer, pero simplemente seguía negándose. Su vida dependía de eso, pero ¿de qué sirve ahora? Prefería morir de esta forma, era mejor que una caída dolorosa o cortar sus venas.

La enfermera lo miraba con tristeza.

-Me imagino que será difícil para ti -, dijo con una sonrisa triste. -Pero estoy segura de que puedes salir de esto; no deberías rendirte tan fácilmente. Es común que la vida no se aprecie lo suficiente y es comprensible, porque no es tan bondadosa con todos.

-¿Sabrá lo injusta que ha sido conmigo la vida? -, dijo Tweek sin muchos ánimos. -Tengo más razones para no querer estar vivo que razones para vivir...

-Lo entiendo sinceramente -, dijo dejando la bandeja a un costado. -A veces somos muy jóvenes para entender que las cosas pueden mejorar. Has pasado por tanto, pero no debería ser en vano, ¿bien?

-Supongo... -, dijo viendo a otro lado. -No hay nada para mí afuera... no sé qué valdría la pena ahora...

Ella sonrió comprensiva y se puso de pie para luego ver hacia la puerta.

-No sé qué tan cierto sea eso -, dijo yendo a abrir la puerta para retirarse.
-Dejaré la bandeja ahí, espero que hoy puedas probar al menos un bocado.

La mujer saludó a la persona que llegó de visita y se fue; Tweek no se había percatado hasta que oyó el sonido de alguien sentándose en la silla. Vio sorprendido que era Laura.

-Hola... -, saludó tímida. -¿Cómo te sientes querido? Me imagino que no muy bien.

Si se trataba de ella, no podía ignorarla así que intentó forzar una sonrisa.

-Estoy bien... -, dijo con una mueca más de incomodidad que de felicidad.
-No se preocupe por mí...

-Creo que eso será difícil... Tweek, escuché que intentaste suicidarte... -, se veía muy triste diciendo eso. -¿Puedo preguntar por qué? Solo si no te incomoda decírmelo.

Es complicado hablar sobre las cosas que nos atormentan porque son como fantasmas que se aferran a ti desde la carne y te controlan con la desesperación y el temor.

-Lo siento... -, dijo intentando contener sus lágrimas. -Yo... no puedo...

Ella tomó su mano mostrándole su apoyo y vio con tristeza las agujas y moretones en sus brazos.

Cuando lo conoció, nunca lo hubiera imaginado, que las cosas terminaran de esta forma, una persona tan brillante con tantas cualidades. Uno pensaría que eso es todo lo que necesitarías en la vida... pero él sufría tanto por dentro.

Destino o Castigo - [ Creek ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora