En escena

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Enfrentar las consecuencias de nuestros actos... ¿Es justo?

Se supone, si hicimos algo malo. Y si fue algo aparentemente problemático.

Pero, si tienes un motivo que crees que es correcto. ¿No es injusto?

Tal vez y tal vez no.

Al salir, Tweek se encontró con Wendy, quien estuvo enviando mensajes hasta que lo vio acercarse. Ella estaba nerviosa porque no sabía cuál sería su reacción. A este punto, él ya sabe lo que sucedió.

Tweek se para frente a Wendy con los brazos cruzados y una expresión de descontento.

—Entonces, señorita presidenta, ¿me vas a explicar qué hiciste? — Tweek está teniendo leves espasmos debido a la ansiedad que siente. Wendy suelta una risita nerviosa, sintiéndose culpable.

—Perdóname, Tweekers... — Ella no quería poner en aprietos a su buen amigo, pero lo hizo. No había forma de solucionarlo ahora, su amigo tendrá que ver al tipo que más odia en el mundo a diario. Esto debe ser lo peor que haya hecho desde que es presidenta del comité estudiantil. —Te lo explicaré, pero primero vamos a reunirnos con Bebe, ella ya nos está esperando desde hace rato. Vamos, ¿sí?

Tweek ve la expresión de arrepentimiento de su amiga. Ya sabe lo que hizo, pero no sabe cómo llegó a eso. No puede culparla, es en parte culpa suya y del idiota de Craig por no poder hacer las paces.

Tweek suspira. —Sí, está bien, vamos rápido a la señora rana le van a crecer raíces de tanto esperarnos. — Tweek no está feliz con la situación, pero ya se ha dispuesto a enfrentar lo que sea que venga. Craig Tucker deberá agradecerle en el futuro; con su ayuda, nunca volverá a hacer el ridículo en público.

Ambos jóvenes se dirigieron al centro comercial, y en el camino hablaron de cualquier cosa. Una de las cosas buenas de su amistad es que, incluso si no están en la misma página, siempre pueden hablar sin aburrirse del otro.

A una cuadra del centro comercial, se detuvieron a esperar que el semáforo cambie de color. Wendy rió.

—Cierto, ¿me recuerdas por qué nos reunimos en secreto con Bebe? —Dijo Wendy.

Tweek miró al suelo pensativo.

—Bebe es increíble, es una buena amiga, pero para su mala fortuna es mejor amiga de alguien tan detestable como el bastardo de Tucker —. Dijo Tweek, y era cierto, Bebe y Craig son amigos desde la primaria. —Hemos hablado al respecto y ambos decidimos mantener en secreto nuestra amistad. Ella porque no quiere armar un conflicto en su grupo y yo porque no quiero que ese idiota tenga algo que reclamarme.

Wendy asintió, entendiendo la situación. Ella no tenía que ocultar que era muy buena amiga de la señorita Stevens. También tenía cierto grado de popularidad, y aunque no era enemiga de Craig, no le caía bien. Ese chico se la pasaba haciéndole la vida imposible a Tweek, pues nunca superó la humillación que le hizo pasar cuando estaban en primer año. Pero, eran adolescentes inmaduros, y eso ya pasó. Tweek estaba bien, él no perdió su reputación y la mayoría lo olvidó. ¿Por qué no lo superaba?

El semáforo cambió de color y pasaron.

Ya en el centro comercial, buscaron con la mirada a una chica que usaba una peluca rosada que le llegaba a los hombros, una chaqueta negra, pantalones negros y zapatillas blancas. Solo la señorita Stevens se viste de esa forma para no ser reconocida.

Se acercaron a ella y la miraron con una sonrisa burlona, ella aguantaba la risa también.

—Me veo estupenda nenes, ya lo sé, pero no se enamoren mucho, ya soy papa casada —. Bebe saca su billetera y muestra una foto que tiene con Clyde, otro amigo de Craig. Clyde y Bebe son novios desde la primaria y, pese a muchos rumores, ellos se aman mucho. —Se mira pero no se toca.

Destino o Castigo - [ Creek ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora