El inicio y el final (epíloguito)

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Terminó otro día agotador en la universidad; sinceramente, ya esperaba con todo el corazón tener esas esperadas vacaciones, solo para tener más tiempo de dormir.

No se arrepentía en absoluto de haber elegido estudiar Artes Escénicas; era algo que siempre había soñado y ahora lo estaba cumpliendo.

Si antes le hubieras dicho que estaba a punto de cumplir veintidós años, a no mucho tiempo de graduarse y con oportunidades laborales, no se lo hubiera creído.

Pero eso estaba pasando y se sentía increíble. Tan irreal como un sueño del que nunca iba a despertar.

El semáforo cambió de color, cruzó la calle; vivir en la ciudad era muy distinto a vivir en el pueblo, todo es más ruidoso, pero es más cómodo. Un ambiente al que ya estaba acostumbrado en este punto.

Antes de ir directamente a su departamento, decidió pasar por el supermercado a comprar ingredientes para la cena; no ha dejado su afición por la cocina.

Se apresuró en tomar todo lo que necesitaba y pagó para luego salir del establecimiento y finalmente ir a su actual hogar. La brisa de hoy era muy fría; afortunadamente, llevaba aquella bufanda que fue un regalo de hace tres años por parte de su ahora novio.

Pensando en eso, se preguntaba si él también estaba de regreso a casa o ya había llegado; tenía muchas ganas de verlo, aunque es un idiota y sinceramente esperaba que no haya quemado la cocina intentando hervir agua.

Comenzó su caminata a casa recordando lo pesado que fue este día, pero estaba agradecido de que fuera así; había perfeccionado mucho más su actuación. Todos tienen grandes expectativas en él, pero sinceramente solo se preocupa por cumplir con las suyas propias.

No es bueno vivir a base de las expectativas de las personas, y más para alguien como él que desea convertirse en un gran actor algún día.

Cuando estuvo en un gran proceso de recuperación hace ya mucho tiempo debido a sucesos traumáticos que lo marcaron, aprendió muchas cosas que antes no hubiera comprendido. Sanar heridas internas no es fácil, pero con el apoyo de las personas que más quiere, todo fue posible. También, se agradece mucho a sí mismo por haber sido capaz de enfrentar todo aquello que desconocía, así como seguirá haciéndolo en el futuro.

Ahora, su vida como adulto no es tan fácil, aunque es mucho mejor que la vida que tuvo en la adolescencia definitivamente; eso sí, no niega los buenos momentos que siempre quedarán grabados en su corazón.

Sobre todo porque en esa etapa conoció a la ahora persona más importante en su vida.

No le dijo que sí a la primera; había demasiadas cosas que ambos necesitaban sanar antes de siquiera pensar en una relación, pero saber que los sentimientos eran mutuos fue más que suficiente en ese tiempo. Ya luego de haber hecho grandes progresos, lo hicieron oficial; desde entonces, han pasado casi cuatro años.

Muchas cosas cambiaron como es normal, pero la relación de ambos seguía de la misma forma en cuestión de sentimientos; aún se quieren con la misma intensidad y están seguros de que nunca dejarán de hacerlo.

Bueno, a excepción de cuando Craig hace un desastre en la cocina; ahí sí que se le olvida todo el cariño que le tiene y las ganas de asesinarlo se apoderan de él.

Ya estaba cerca de llegar, así que sacó las llaves de su bolsillo para tenerlas a la mano cuando tuviera que abrir la puerta.

Aún no creía que mañana cumpliría veintidós años; era una locura porque antes ni siquiera era capaz de pensar en un simple futuro y ahora miraba más adelante que nunca.

Entró al complejo de apartamentos y subió con ayuda del ascensor hasta el séptimo piso.

Cuando llegó, salió del ascensor y fue directamente a abrir su puerta porque realmente hacía mucho frío afuera y se estaba congelando. Tal vez debió traer un abrigo más grueso; Craig se lo dijo, pero no lo escuchó.

Destino o Castigo - [ Creek ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora