Muerte a lo inmortal.

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"Cuando las doncellas lloran, la muerte está a camino", esas palabras resonaban en la cabeza de Owen, quién acababa de terminar su tan corta charla por teléfono con Noah, escuchaba un llanto desgarrador cada vez hacerse mas y mas fuerte, sabía que una banshee se estaba acercando, espíritus femeninos que anunciaban un muy posible fallecimiento, mientras el licántropo se encontraba paralizado y con el rostro empapado por el salitre de sus cuencas, Nora trataba de detener el sangrado de Leonor a toda costa, la matriarca se encontraba reposada sobre una superficie alargada y metálica previamente esterilizada, la loba era una cirujana en los Estados Unidos por lo que era la única capaz de poder ayudar a su hermana mayor, aunque oía los desgarradores gritos de aquella entidad premonitoria, no perdía la fe ni la concentración en lo que hacía,

Mientras aquella tan triste escena ocurría, Robin se encontraba aún desmayado, no había recuperado la conciencia y tampoco aparentaba que despertaría muy pronto, las cosas que había hecho fuera de ser extremadamente extrañas y perturbadoras, habían sido muy desgastantes para él, desde que se mudó solo no volvió a usar la magia con tanta intensidad. Pasaron aproximadamente unos veinte minutos para que Nora soltara un suspiro profundo y cortara el hilo de la gran sutura que le había hecho a Leonor en el abdomen, el llanto de aquel espíritu se había alejado pero aún podían oírlo, la mayor todavía no estaba fuera de peligro aunque su situación sí que había mejorado.

-Ya deja de llorar Owen... Ahora solo podemos esperar.

-¿Va a sobrevivir?

Preguntó el de tes morena mientras usaba sus manos para secar sus mejillas, se sentía completamente impotente y sobre todo culpable, si no hubiese dudado podría haber evitado tal herida y además haber asesinado a Gabrielle, sus problemas estarían resueltos, podrían volver a estar tranquilos viviendo en paz, pero no, no tuvo las agallas para hacer lo necesario, mientras todos esos pensamientos brotaban de su mente como si fuesen dagas afiladas, su hermana lo interrumpió con una expresión seria y sin derramar ni una lágrima.

-Honestamente, no tengo idea. Ahora todo dependerá de como evolucione en las siguientes horas ¿Aún nada de Raphaelus?.

-N-No. Sigue inconsciente.

-Ninguno de ustedes me está ayudando en nada.

Ver a Nora de tan mal humor era un acontecimiento extraordinario, caminó aún manchada de la sangre de Leonor hasta un bolso de donde sacó una jeringuilla la cual develaba en su interior un líquido amarillento, se dió la vuelta y se acercó hasta el brujo, le dió unos leves golpes en la mejilla con la palma abierta y al no ver ningún tipo de reacción, clavó aquello que llevaba en su mano, directamente al pecho del menor, quien enseguida se levantó de un salto, dando una enorme bocanada de aire, llevó sus dedos hasta el lugar del impacto y se frotó respirando de manera agitada, cuando los ojos de Robin se clavaron sobre los de sus hermanos, ambos quedaron horrorizados por lo que estaban viendo.

-Raphaelus... Tus ojos.

Aquellas cuencas de color avellana que solían ser tan dulces y malévolas, ahora se encontraban bañadas por un tinte negro, era el color más oscuro que alguna vez habían visto, parecía ser el mismo vacío, Owen quien había hablado anteriormente, tomó un espejo de mano que estaba a pocos metros y lo apuntó a la cara del hechicero, quien al ver como se encontraba su rostro reflejó una clara expresión de asombro y un tanto de preocupación.

-Mierda...

-¿Ahora me vas a decir en qué mierdas te estás metiendo?

Los 7 de BlackwoodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora