Aquella pesadilla había terminado, Amelia se encontraba con los miembros del escuadrón Beta en el restaurante de Maximilien, era un hermoso lugar rústico que daba sin dudas vibras de una taberna antigua pero una muy bien decorada, repleta de vegetación y muebles antiguos pero en excelente estado. En una mesa se encontraban sentados aquellos cuatro seres, el humano bebía un cuba libre, la vampiresa un vino, la bruja sidra de manzana y la licantropo un fernet, todos charlaban buscando conocerse un poco mas mientras esperaban el cercano arribo de los demás Blackwood.-Otra vez, muchas gracias por salvarme. Les debo la vida.
-Nada que agradecer, Robi es familia y por lo tanto tú también lo eres.
Replicó el cheff al comentario de la inmortal, la expresión del hombre era algo seria como siempre pero eso no significaba nada concreto, la loba mientras aquellos charlaban, aprovechó para sacar de su riñonera marihuana y el kit necesario para finalmente armarse un porro algo alargado y grueso, acercó la llama de su encendedor a la punta de este mientras lo tenía apretado entre sus labios, dándole un par de pitadas para así encenderlo. Después de fumar un poco mas, le extendió aquel armado a Amelia, quien negó con la cabeza mientras sonreía.
-No gracias, he tenido muy malas experiencias con el porro, estoy bien con el vino.
Al oír tal comentario Celia sonrió, aunque aquel momento de comprensión se vería interrumpido por la entrometida tos que saldría de las fauces de la canina, se habría ahogado con el humo de aquella planta que se encontraba fumando, en aquella crisis provocada por el humo que había quemado levemente su garganta, le pasó el porro a Maxi quien se dedicaría a fumar con ella.
La mirada de la vampiresa bajó hasta su bolso, el cual abrió dejando ver en su interior la punta de la lanza del destino, había recuperado el objeto que les causó a ella y sus hermanos tanto temor, un suspiro de alivio salió de aquellos labios rosados, la suerte volvía a estar a favor de los Blackwood, la concentración de Amelia se vio interrumpida por la voz de un masculino muy cercano.
-¡Hermanita!
Efectivamente Noah había llegado y junto a él, Owen, Robin, Lethabo y Catalina, antes de que el resto tuviera oportunidad de hablar con la vampiresa, su mellizo se abalanzó sobre ella dándole un fuerte abrazo. Mientras aquellos dos se demostraban la falta que sentían del otro, el brujo inmortal se dispuso a presentar a los miembros del escuadrón Beta con sus hermanos.
-Cata, Noah. Ellos son Celia, Evelynn y Maximilien, son quienes salvaron la vida de Ame.
La menor de los Blackwood aunque fuera algo tímida en un principio, saludó a aquellos tres que ante sus ojos eran nuevos rostros, con una sonrisa dulce y palabras de agradecimiento la chica terminó su presentación, mientras que Noah solo los saludó con una sonrisa y un beso en la mejilla de cada uno.
Lethabo se encontraba de pie sin saber que hacer, se sentía un tanto fuera de lugar y ya Raphaelus le había dejado muy en claro que no le tenía mucha confianza, cuando los ojos de Amelia se encontraron con los de su novio, se levantó y se acercó al moreno para así besarlo apasionadamente en los labios, el contrario le correspondió pero con algo de desconfianza le dijo.
-¿Podemos hablar en privado amor?
-Claro... Vamos afuera.
La chica de gran estatura tomó a su pareja de la mano y se dirigió al frente del restaurante, saliendo por la puerta principal se detuvo para así voltear a verlo a los ojos.
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Los 7 de Blackwood
VampireUna familia de seres sobrenaturales vuelve a reencontrarse después de décadas sin tener contacto los unos con los otros, cuando un mal mayor se aproxima los hermanos Blackwood se ven obligados a dejar sus diferencias de lado para poder sobrevivir. E...