-Como sea, ustedes son los primeros amigos de Raphaelus que son agradables.Dijo Noah entre risas mientras llevaba aquella copa de vino a su boca brillosa y seductora para así darle un sorbo, se encontraba sentado de lado vistiendo solo una camisa algo alargada la cual le pertenecía a una de sus tantas víctimas masculinas, mientras que frente a él estaban sentadas Evelynn y Celia, la primera en su parte superior solo usaba un sostén rojo en conjunto con su ropa interior inferior, por encima de esta llevaba un short corto de color negro, dejando ver parte de sus glúteos, en cambio la licantropo vestía una camiseta ancha de color negro y en la parte inferior igual que su amiga, llevaba un short corto pero de color blanco.
-Todavía no me acostumbro a que le digan Raphaelus.
-Ni yo.
Agregó la bruja al comentario de Celia antes de tomar un trago de su roncola, por la puerta de aquella habitación ingresó Amelia, usando un atuendo para nada glamuroso como de costumbre, llevaba un pantalón de pijama a cuadros de color rosa y en la parte superior una remera blanca bastante común, destacando sus medias rosas fluorescentes cubriendo sus pies. Sin esperar mucho mas se arrojó en la gran cama quedando recostada a lo largo, esta con un vaso de cerveza en la mano bebía mientras trataba de entender la charla de aquellos tres.
-Bueno, es que si lo pienso bien, tenemos versiones muy distintas de mi hermano. ¿Quién es Robin? A final de cuentas yo no lo conozco para nada. Parece que lo que Raphaelus fue alguna vez, está enterrado en sus entrañas.
-Bueno, pues para mí al menos, Robi es un chico sensible y amable, sí con un carácter de mierda pero eso no hace que pierda su bondad.
-Es difícil creer que hablamos de la misma persona Evelynn.
Respondió el vampiro a la bruja entre risas, parecía que le estaban presentando a una persona completamente nueva, para nada el inmortal con quien había vivido por siglos, ahora aquello había despertado su curiosidad, quería saber en quien se había convertido su hermano menor.
-¿Y quién es Raphaelus?
-Creo que yo soy la mas indicada para responder eso Celia. Raphaelus es como todos nosotros, un monstruo. No voy a mentir, ninguno de nuestra familia es un santo pero él es el peor, asesino sin piedad, corazón frío como el hielo y sobretodo con una obsesión insana por mantenernos con vida a todos.
Ahora el ceño de la loba se frunció viendo fijo a Amelia mientras terminaba de hablar, aquella descripción no podía ser su amigo, algo tenía que estar mal en su historia ¿No?
A final de cuentas no podía creer que el dulce chico que había salvado las vidas de Maxi y Eve, fuera esa criatura de la que la vampiresa hablaba.-Les voy a ser honesto, no sé que historia les hizo creer ese tal "Robin" pero nuestro hermano no es esa gran persona que tienen en sus cabezas.
-Lamento ser la tercera en discordia pero ese del que hablas no es mi amigo, lo conozco, no desde hace mucho pero cuando nos tocamos solo siento el sufrimiento que lleva dentro, lo que sea que haya hecho, se arrepiente.
-Entiendo su lazo mágico o lo que sea pero créeme cuando te digo, no confíen en lo que creen saber. Están compitiendo contra siglos de conocerle.
Aquel leve encuentro había sido entre las imágenes que la bruja y el vampiro tenían sobre ¿Raphaelus? ¿Robin? Tal discrepancia ya hizo que hasta el narrador se confundiera, ustedes como lectores decidirán como prefieren llamarle, a final de cuentas quienes juzgan son ustedes, mi trabajo es solo relatar esta historia. Como sea, retomando aquel momento tenso entre los amigos y los hermanos del menor de los varones Blackwood, un silencio levemente incómodo se generó por un par de segundos.
Momento que Celia aprovechó para encender un porro que traía en su bandolera, le dio unas pitadas y tosiendo un poco se lo pasó a Noah, quien aceptó y sostuvo entre sus uñas afiliadas aquel cigarro de la risa para así fumar junto a la loba.
-Puedo entender que estén con una idea inmutable de Raphaelus en sus cabezas y apuesto a que tienen una buena razón, pero también entiendo que ha pasado tanto tiempo que creen que él ha perdido la habilidad de cambiar y crecer. Creo que eso es lo que ustedes aún no pueden ver, es triste ver como están tan empedernidos en que Robin siga siendo un monstruo, es casi como si les gustara que sea así.
Un silencio de muerte se generó entre los mellizos terror, quienes se miraron fijo por varios segundos, no era que no les gustara que Raphaelus se haya convertido en alguien mejor, sino que les asustaba pensar que podían cambiar. Porque si así fuera ellos estaban estancados desde hace un par de siglos, sin crecimiento personal alguno, no habían mejorado ni empeorado, seguían siendo iguales y eso era aún mas terrorífico que cambiar.
-Tal vez, solo tal vez, tengas razón. Puede que hayamos pasado tanto tiempo siendo iguales todos qué perdimos la idea de poder mejorar.
-Y no los juzgamos, lo que Eve dice no es intentando hacerlos sentir mal pero puede que necesiten la perspectiva de personas que se pueden morir en cualquier momento.
Respondió Celia al comentario de Noah, quien dejó de mostrar aquella imagen narcisista y perfecta para ahora dejar salir una mirada dulce y algo adolorida. Incluso los inmortales podían aprender de chicas de veinti pocos años.
-Así que dejemos de lado el hecho de que son casi dioses imposibles de asesinar y bebamos como humanos.
-Me gusta esa idea... Y si están de acuerdo podemos salir a bailar esta noche, nos vendría bien.
-¡Vamos a bailar! Por favor, hace meses no salgo.
Evelynn interrumpió la charla que estaban teniendo la joven licantropo y la inmortal con emoción, se levantó de golpe buscando en su armario ropa para vestir aquella noche, a lo que con velocidad vampirica se movió Noah para así aparecer nuevamente con las valijas de ambos en mano, dejándolas sobre la mesa. Todos comenzaron a vestirse con la mayor agilidad posible pero claramente disfrutando el proceso, los brillos del vestido de la bruja podían iluminar los ojos más oscuros, el vestido rojo de cuerina que vestía la vampiresa combinados con sus labios, despertaban el deseo en los cuerpos más insípidos y aburridos. Por otro lado Noah con su vestimenta semi transparente revelaba su definida figura, marcando aquel abdomen perfecto el cual habían deseado tantos hombres, la lujuria que desprendían lo mellizos terror era imponente, nadie en sus cinco sentidos podría resistirse a tal atracción.
Mientras tanto Celia llevaba un outfit que desprendía la dominancia característica de aquella loba, una camisa de color negro, arremangada hasta sus codos, los dos primeros botones desprendidos dejando ver con claridad su cadena de oro, anillos del mismo material llenaban sus manos, debajo un cargo beige y en sus pies unos zapatos del color de la prenda superior, lentes sobre su cabeza y un cinturón de cuero negro.-¿Vamos en la camioneta de Maximillien? Yo conduzco.
Dijo la vampiresa inmortal antes de que la bruja le arrojara las llaves de aquel vehículo imponente, la ojiazul era una excelente conductora, incluso uno de sus hobbies favoritos eran las carreras ilegales que se organizaban en las iluminadas calles de Los Ángeles, varias veces había tenido que escapar de la policía y lo había logrado con éxitos.
-Tendremos que ir en la camioneta porque mi marido salió con Lethabo en mi cherry.
La tatuadora tendría como vehículo personal una Cherry QQ de color rojo chillón, aunque su economía le permitiera tener un coche más lujoso, la pelirroja adoraba a su querido "QQ", como ella lo llamaba. Sin esperar mucho más los cuatro salieron de la casa y se subieron a la gran camioneta, la cual Amelia encendería y comenzaría a conducir para finalmente ir en dirección al bar que la loba tenía como su favorito.
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Los 7 de Blackwood
VampiriUna familia de seres sobrenaturales vuelve a reencontrarse después de décadas sin tener contacto los unos con los otros, cuando un mal mayor se aproxima los hermanos Blackwood se ven obligados a dejar sus diferencias de lado para poder sobrevivir. E...