Cosas de la vida.

Capítulo XX

Capítulo XX:

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COSAS DE LA VIDA

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Sasuke es un maldito bastardo afortunado.

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Sakura.

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―Tengo algo que mostrarte― Suspire y apreté el móvil con fuerza entre mis manos.

Naruto me miro confundido desde el otro lado de la mesita ratona. Estábamos los dos sentados frente a frente en el suelo de mi departamento. Era viernes a las once y media de la noche.

―Sakura ¿Qué ocurre?― Preguntó el rubio preocupado ―¿Tiene algo que ver con lo que le pasó a Sasuke?― Murmuró y el solo hecho de escuchar su nombre hizo que se me diera vuelta el estómago.

―Tiene que ver con tu hermano ― Le dije y le alcancé el móvil.

Los ojos azules de Naruto se abrieron sorprendidos al ver ese video, la cara le quedó roja y no sabía si era de rabia o porque iba a llorar en cualquier momento.

―¿Desde hace cuanto lo tienes?― Me preguntó enojado y las manos le temblaban igual que la voz.

―Desde el verano― Suspire ―No sabia como decírtelo― Clave mis ojos en los suyos y apreté sus manos entre las mías para que dejara de temblar ―Yo hago lo que tu quieras hacer, Naruto―

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Estacione a unos metros de la entrada de la casa de Sasori, la música se escuchaba desde hacía ya tres cuadras y había tantas personas en esa casa. Yo llevaba unas zapatillas color bordó, unos jeans holgados desgastados y una sudadera holgada color rosa por encima.

Naruto bajo primero y tuve que apurar el paso para poder seguirlo. En cuanto ingresamos a aquella casa la música y las luces me marearon. Apreté con fuerza el brazo del rubio y lo detuve a medio camino.

―¿Estás seguro? ― Le pregunte.

―Si no quieres ir esta bien― Murmuró y yo apreté los dientes con bronca ―Pero yo no puedo dejar pasar esto―

Sabía que Naruto sentía lo mismo que yo.

―Yo lo único que quiero es prender fuego ese bar―

Naruto apretó mi mano con la suya enredando nuestros dedos y nos encaminamos al centro de aquel living. La mesa estaba llena de botellas vacías, colillas de cigarros, hojillas, droga y mucha mugre.

―¿Qué creen que están haciendo ustedes aquí?―

Yo trague grueso al oír la voz de Pain. Siempre me había intimidado su forma de ser.

―¿No sabia que hoy hacíamos de niñeros?― Comentó divertido Deidara y paso cada uno de sus brazos por los hombros del rubio y de los míos.

Yo solo podía observar a Itachi a unos metros de mi fumando tan tranquilo. ¿Cómo podía estar de fiesta después de lo que le pasó a su hermano? Naruto se quito el brazo de Deidara con bronca y tiro el móvil sobre la mesita.

―Tómalo― Le ordeno.

Su hermano mayor le hizo caso y juro que jamás vi a Pain tan furioso como después de ver ese video.