cap 49: madrugada

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-mmm- el rubio cenizo dejó salir un quejido mientras se removia en la cama.

-mierda- pronunció en voz baja al darse cuenta que su teléfono estaba sonando, atendió la llamada en seguida

-Katsuki, ¿Por qué no contestas?, ya van a dar la una de la mañana- escuchó un regaño al otro lado del altavoz

-¿Shindo?- cuestionó, estaba adormilado todavía

-si, ¿Quién más?- sonaba algo molesto, había estado preocupado por el rubio

-me quedé dormido- se justificó

-¿Quieres que pase por ti?- cuestionó

el brazo de Todoroki rodeaba la cintura del rubio y el calor de las sábanas parecía muy cómodo como para dejarlo.

-no, te veo mañana temprano, estoy bien, no te preocupes- se despidió colgando inmediatamente, para después volver a acurrucarse en el pecho del semialbino

Aspiró aquel olor, le encantaba, y por su puesto su dueño también.

Un azabache contemplaba los dibujos hechos por la sobrina de su esposo, mientras los analizaba inconsientemente, porque si, se había levantado a trabajar un rato en la madrugada, pero se topó con aquellos dibujos que parecían ser más interesantes.

La noche era silenciosa hasta que un sonido en la cocina lo hizo alertarse, parecía ser que algo de cristal se había caído.

Se levantó de la silla para salir de la oficina.

-¿Mirio?- cuestionó al aire mientras se dirigía a la cocina, mas no recibió respuesta, no había sido su esposo el causante de aquel sonido

Llegó a aquella parte de la casa y encendió la luz, sobresaltandose al encontrar a Eri recogiendo los cristales de un vaso en el suelo.

-¡Eri chan!- llamó acercándose

-perdón- se disculpó comenzando a llorar mientras seguía tratando de recoger aquellos fragmentos

-Eri deja eso, vas a lastimarte, no pasa nada- corrió a tomar las manos de la niña para que soltara los cristales, fué allí que notó que estas temblaban levemente.

-te cortaste- pronunció en voz baja al ver pequeñas heridas. -ven, vamos al cuarto- la cargó para llevarla a la habitación.

Fué rápidamente por el botiquín que había en la casa, para así poder atender a la niña.

Alzó las mangas de su suéter para poder desinfectar y vendar bien las cortaduras, sin embargo descubrió que la peliplateada tenía algunos moretones en sus brazos, pero no indagó mucho en ello, lo importante por ahora era que la menor dejara de llorar.

-ya está- atoró bien el vendaje bajando la manga del suéter -¿Te duele?- cuestionó

La niña negó con la cabeza aún suspirando.

-hey ¿Qué pasa?, fué un accidente no voy a enojarme contigo por eso- se sentó junto a ella

-¿Por qué te asustaste tanto?- trató de obtener un poco de información

-mi mamá y mi papá se enojan por todo lo que hago- fué lo que atinó a decir

-ya veo...sabes mientras estés aquí no debes preocuparte por ello, y si algún día llegara a pasar algo con ellos, puedes decirle a Mirio ¿Okey?- volteó a verla

-okey- asintió recargandose en el azabache

-perdón por arruinar sus papeles- se disculpó con el más alto

-no te preocupes, son cosas que pasan pero tienen solución- palmeó su cabeza mientras le sonreía -deberías volver a dormir-

-es que tengo sed- confesó tímidamente

Una nueva normalidad (todobaku/miritama)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora