La noche se va dando paso al día en cuestión de segundos. El rugido de la multitud llena mis oídos y me aturde. ¿Esto es real? ¿De verdad gané?
Un aerodeslizador aparece sobre mí. Primero baja la garra metálica para llevarse el cuerpo de Bastian, después cae una escalera. Me sujeto de ella y me paraliza unos momentos mientras me sube al aerodeslizador.
Una vez dentro me recibe un grupo de médicos vestidos de blanco. Alguien me da un vaso de vidrio con jugo de naranja y me lo bebo al instante. Me pasan a una habitación blanca y me acuestan sobre una cama.
Por un momento recuerdo que no traje la mochila conmigo, pero ya no la necesito. ¿O sí? Ya salí de la arena, ya no debo cazar. ¿Puedo sobrevivir sin esa mochila?
Me inyectan algo en el brazo y me quedo adormilado. De lo poco que me entero es que me van a revisar todo el cuerpo y me van a arreglar. Al cabo de un buen rato sé que aterrizamos en el Centro de Entrenamiento.
Cuando despierto estoy en otra habitación blanca, con tubos en los brazos que se conectan a la pared y me meten líquidos. La puerta se abre y entra una mujer, que ve los aparatos que tengo conectados y hace anotaciones.
No nos hablamos. Me siento muy débil como para poder decir algo; además, ¿qué podría decirle?
Se va y me vuelvo a dormir.
Vuelvo a despertar y esta vez entra un médico con una charola en las manos.
—¿Cómo te sientes, Logan? —me pregunta.
—Creo que estoy bien —respondo con la voz ronca.
—Estás más que bien —dice—, estabas deshidratado, con una infección en las vías urinarias, tus heridas estaban muy sucias y nos costó mucho trabajo controlar tu fiebre. Pero ya estás mucho mejor; arreglamos todas tus heridas sin una sola cicatriz y evitamos que se infectaran. Te traje algo para que comas.
Deja la charola en una mesa y me la acerca, después se va. Jugo de naranja, lo que creo que es té, pan, huevos revueltos y fruta.
Como a pequeños bocados, disfrutando la insípida comida, esto es mucho mejor que todo lo que he comido en la arena.
Cuando termino de comer me quedo dormido de nuevo.
Despierto y esta vez no tengo nada conectado a los brazos y me siento mucho mejor que cuando salí de la arena.
Me levanto poco a poco de la cama y me pongo de píe. El tobillo ya no me duele nada, la medicina que me mandó Johanna fue muy buena, pero aún sentía un ligero pinchazo cada vez que daba un paso. Me lo arreglaron y es como si nunca me hubiera lastimado.
Al pie de la cama está la ropa que usamos todos en la arena, pero esta no es con la que gané; lo sé porque hay una camiseta y una rompevientos nueva. Mientras me visto compruebo que no tengo ni una sola cicatriz, incluso mis manos están muy suaves, también me quitaron los callos por usar el hacha.
Me coloco de nuevo el collar que usé durante todos los juegos. Ya había olvidado que lo tenía conmigo. Me dejo la rompevientos abierta, dejando que se vea el dije del hacha.
Toqueteo la pared hasta encontrar la puerta y salgo al pasillo. Me quedo parado por unos momentos hasta que escucho una voz llamándome. Es Irma. Está en una sala al final del pasillo junto con Edinne y Johanna. Sin importarme mucho que tal vez sigan grabando esto corro hacia ellas y abrazo primero a Johanna, después a Edinne y al final a Irma.
Me llenan de felicitaciones por haber ganado, Irma y Edinne no paran de hablar diciendo que hice un excelente trabajo y que todos en el Capitolio me adoran. Johanna se queda callada, ahora yo sé lo que pasó ella hace dos años.
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El Susurrador | En hiatus
Fanfiction«Sigue dándome cierto miedo estar solo en el bosque. Pero prefiero morir por el Susurrador antes que en los Juegos». Logan vive en el Distrito 7. Al igual que los demás chicos del Distrito, no le agrada la idea de los Juegos del Hambre. Cuando llega...