Resulta que Caleb es bueno para identificar plantas venenosas. Yo solo pude darme cuenta de las jaulas de noche y él me dijo que cinco tipos de plantas son aún más venenosas. Qué bueno que es mi aliado.
Mientras caminábamos dudé unos instantes sobre mi decisión de tenerlo como aliado. Es pequeño y no creo que pueda luchar como para vencer a Bastian, pero juntos podríamos lograrlo.
Después de cazar unas cuantas presas más volvemos a la ciudad y hacemos un pequeño campamento entre algunos escombros. Me sorprendo al ver que Caleb hace una fogata sin problemas. Ponemos la carne al fuego y la cocinamos.
Se termina de cocer la carne y comemos un poco. Después de un rato se escucha un cañonazo.
—Ocho —digo en voz alta.
Quedamos ocho. Es en este momento cuando de verdad pienso que voy a ganar. Hace no mucho me lo repetía para no desmotivarme, pero creo que sí que puedo lograrlo.
—¿En serio somos ocho? —dice Caleb con sus ojitos iluminados.
—Sí, en el baño de sangre murieron doce, luego cuatro más.
—No puedo creerlo —dice con emoción en la voz—. Los de mi distrito suelen ser los primeros en morir.
—Lo estás haciendo bien.
—Gracias, Logan —dice y le da un trago a la botella—. Ahora van a ir a entrevistar a nuestras familias.
Ya había olvidado ese detalle. Cuando quedan ocho tributos entrevistan a sus familiares y amigos. Seguro que ya los estarán localizando.
—Es cierto —digo—. Van a entrevistar a mis papás.
—¿Tú tienes a los dos?
—Sí. ¿Tú no?
—Yo no, mi papá murió hace unos años en una mina. Muchos nos quedamos sin padre.
—Lo siento —consigo decir.
Comemos un rato más, entonces Caleb sigue hablando:
—Entonces van a entrevistar a tu amigo, ¿cómo se llama? ¿Anton?
—Sí, es Anton. Ya me lo imagino hablando nervioso a la cámara —digo soltando una risa.
—Mi mamá seguro se desmaya cuando vea llegar las cámaras para entrevistarla.
Terminamos de comer y me permito recostarme usando la mochila como almohada. Estoy por cerrar los ojos cuando Caleb continúa:
—Solo espero que no entrevisten a Silvia.
—¿Quién es ella?
—Bueno, ella ...—duda un instante—. ¿Qué más da? No tengo mucho qué perder. Ella es la chica que me gusta.
En cuanto escucho esa frase me siento y sigo la conversación:
—¿En serio? ¿Cómo es?
—Ella es de la Veta. Está en mi grupo en la escuela, pero no hablamos mucho.
—Si ganaras, ¿intentarías algo con ella?
—Tal vez sí, aunque no sé si se me quite la vergüenza para hablarle.
—Bueno, si casi no hablan no creo que la entrevisten. Tú tranquilo, no va a ponerse a hablar de ti delante de todo Panem.
—¿Y qué hay de ti? —pregunta.
—¿A qué te refieres?
—¿Hay alguna chica que te guste?
Dudo un momento en responder eso. Caleb tiene razón: ¿qué más da? Todo Panem ya me vio en ropa interior, ¿qué más podría ventilar?
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El Susurrador | En hiatus
Fiksi Penggemar«Sigue dándome cierto miedo estar solo en el bosque. Pero prefiero morir por el Susurrador antes que en los Juegos». Logan vive en el Distrito 7. Al igual que los demás chicos del Distrito, no le agrada la idea de los Juegos del Hambre. Cuando llega...