Segunda vez.

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Abro mis ojos poco a poco tardo en acostumbrarme al entorno desconocido
Estoy encima de Abraham él duerme serenamente, cuando recuerdo lo ocurrido, una sonrisa aparece en mi rostro con el máximo cuidado me bajo de puntillas voy al baño cuando me veo en el espejo un brillo nuevo inunda mis ojos mi cabello es un desastre y mis mejillas están sonrojadas
Cuando salgo Abraham está boca abajo sonriendo cuando ve que estoy frente de él se sienta

-Buenos días cariño— Dice sonriendo de oreja a oreja

-Buenos días— Contesto algo tímida

-¿Dormiste bien?— Siento como mi cara se sonroja

-Dormí bien gracias— Él no deja de sonreír me toma de la cintura y me jala haciéndome caer en la cama él se pone encima de mi y pasa su mano por mi mejilla

-Eres hermosa cariño— Dice mientras me da un casto beso

-Tú eres hermoso— Él sonríe y me vuelve a besar

-Como te sientes ¿te duele algo?— Dice algo preocupado doy un momento para calcular mi estado actual

-Eres perfecto— Digo jalandolo y besándolo con pasión

-Eso lo tomaré como que no te duele nada— Yo sonrió al recordar

-Estoy echa un asco— Él pasa sus manos sobre mi rostro

-No eres un asco Cariño— Yo hago puchero él sonríe y en un instante me carga sobre su hombro

-Abraham— Digo riendo él me da una nalgada juguetona abre la regadera y siento el chorro de agua caliente en mi cuerpo, me baja toma el shampoo y me comienza a dar masajes

-Estas a gusto— Dice Abraham con esfuerzo abro mis ojos

-No está nada mal— Contesto me doy la vuelta tomo un poco de shampoo

-Mi turno—Digo él sonríe y agacha la cabeza para que pueda alcanzarlo siento la suavidad de su cabello entre mis dedos
Después él toma la esponja y comienza a lavar mi cuerpo y en un momento se detiene y me observa

-¿Qué pasa?— Pregunto al ver como me observa con una mirada muy coqueta

-Eres hermosa por dentro y por fuera—Se acerca a mi— Y eres toda mía

Yo sonrió él se abalanza sobre mi y me besa hasta que siento el azulejo en mi espalda

-Te acuerdas de ese día cuando estábamos en ese baño— Me sonríe

-Lo recuerdo— Digo

-Es un entorno parecido sólo que ese día no estabas desnuda sólo para mi— Siento  como mi cara se torna de mil colores, él comienza a besarme con pasión mi cuerpo reacciona al instante, cómo si me hubiera hecho adicta a sentir su desnudez ¿acaso alguien puede hacerse adicta en una par de horas?

Abraham recorre mi cuerpo con desesperación mientras el agua sigue cayendo en nosotros, cierra la llave y me empotra contra el azulejo, siento como poco a poco se abriendo paso en mi ambos jadeamos al sentir nuestras pieles unirse en una sola. Me penetra con rudeza veo el ceño fruncido de Abraham pareciera que se perdiera en nuestro contacto y eso no hace más que subir mi excitación reconozco la sensación hasta que ambos nos dejamos llevar por el placer.

-¿Tienes hambre?— Pregunta Abraham yo me remuevo después de haber dormido

-Estoy famélica— Él se preocupa y rápidamente habla y en pocos minutos varios olores de diferentes platillos inunda la habitación

Comemos tranquilamente mientras nos miramos el uno al otro pero con una esencia diferente y como no estarlo si el hombre que tengo enfrente me ama

-¿Quieres pasar?— Pregunto cuando Abraham se estaciona fuera de mi casa

-No cariño tengo unos asuntos— Siento como mi cara se entristece porque ahora quiero estar todo el tiempo junto a él

-Gracias— Dice depositando un casto beso en mi mano

-¿Porque?

-Por amarme, por entregarte a mi, por elegirme a mi eres la mujer más exquisita que han visto mis ojos te amo tanto cariño— Dice besándome

-También te amo— Él sonríe después de varios amurracos logro dejar ir a Abraham.

Entró a mi casa subo a mi cuarto me tiro en la cama y comienzo a reír y suspirar es el efecto Abraham Mateo.

¿ Y si esto es amor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora