Día de la boda.

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Doy un largo suspiro estoy sentada al borde de mi cama, observo todo como pasa el tiempo quien iba a pensar que sería madre y ahora me voy a casar, creo nada en mi vida es normal pero para que la normalidad aburre.

Sonrió al pensar que ni siquiera he trabajado, imaginaba terminar mi carrera trabajar mucho en lo que me fascina crear música y recorrer el mundo buscando inspiración, todo eso se ha desmoronado pero no me importa si he terminado mi carrera, quizá no trabaje pero tendré un hermoso pasatiempo es cuidar de mis dos hombres y la inspiración la he encontrado en ellos

-Mia, Mia, LLAMANDO A TIERRA A MIA—Muevo mi cabeza para ver a la sonriente de mi amiga Sofía

-¿Qué pasa?— Digo distraída

-Pasa, que hoy te casas y nada mas no reaccionas—Dice sonriendo se me ilumina la cara al pensar en él

-Estoy feliz—Declaro

-Lo sé — Dice Sofía con tono tierno

-Como que lo sabes—Digo

-Estás feliz desde aquel día que ese chico guapo y que llamaba la atención de todas las chicas entró a  nuestro salon, estabas feliz cuando te frustrabas al no poder contra él ahora estas brillando casi flotas amiga—Yo la observo tiene razón me levanto

-Bueno empecemos— Ya me he duchado y mi cabello está casi seco

Me observo en el espejo y sonrió, me han maquillado y me han hecho un pequeño arreglo en mi cabello unos pequeños rizos caen por mis hombros

-Te ves preciosa—Dice Sofía observando su obra, la puerta de mi habitación se abre y mi madre suelta un sollozo cuando me ve, lleva a mi pequeño Abraham en brazos gustosa cargó a mi precioso hijo

-Ya lo he bañado— Yo asiento he insistido en ser yo quien arregle a mi pequeño

-Te ves hermosa Mía—Dice mi madre

-Gracias— Se que quiere llorar y antes de que llegue ese momento digo—Mejor ve a arreglarte ya se hace tarde

Ella mira el reloj y brincotea faltan como dos horas y ella anda en fachas al igual que Sofía

-Y tú ve a ducharte en lo que arreglo a Abraham— Sofia sale corriendo

-Hola precioso— Mi hijo suelta una risa cuando le hago cosquillas, empieza a sonar el intro de más de mil años y sonrió busco mi teléfono y ahí está nuestra foto inundando la pantalla, estamos abrazados y Abraham carga a nuestro hijo 

-¿Hola?— Digo cautelosa y por una razón desconocida sueno nerviosa

-Los extraño— Su varonil voz inunda mis oídos podría asegurar que está haciendo pucheros

-Nosotros también—Digo observando a mi pequeño—Espera te pondré en altavoz, listo

-Campeón como te estás portando—bNo puedo evitar sonreír cuando mi pequeño busca la voz de su padre

-Ya quiero estar contigo— Digo frustrada

-Sólo unas horas más nena y estaremos los tres juntos— Lo escucho él tiene la capacidad de tranquilizarme

-Ya compraste tu traje—Digo sonriendo

-Si y compré algo que te fascinara

-Una pajarita—Digo esperanzada

-Mmm no lo se— Dice en tono coqueto

-Eres malo— Él ríe

-Lo sé, pero te dejo nena podría asegurar que vas a arreglar a nuestro principe

¿ Y si esto es amor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora