Capítulo 44: Grace

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Aylen

Tardamos solo una hora en llagar, Adrien baja primero para ayudarme con Blau. Está inquieto, quiero empezar a corretear y jugar con algún juguete.

Mi mano se entrelaza con la del chico que camina hacia el edificio bastante alto en el que me había dicho tiene un departamento para él solo.

Entramos al ascensor y él tiene que cargar a Blau al ver que ladra en busca de su atención.

Llegamos al piso quince y cuando salimos de la caja de metal nos detenemos frente a una puerta blanca. La número 7. Con agilidad logra abrirla y se hace a un lado para que sea la primera en pasar.

—Anya debe venir en camino, no tardará.

Asiento sin decir nada más.

El lugar a simple vista me encanta. Es un departamento tipo loft en el que los colores negro, blanco y gris se hacen notar.

Abajo está la cocina la cual se conecta con el recibidor y la sala de estar, también hay una sala de juegos con una pantalla grande. Los muebles son grises y la alfombra que cubre el suelo blanca. Todo aquí es muy masculino.

Las escaleras con barandillas de cristal llevan a la parte de arriba.

—Este lugar es muy tú —le digo volteándome hacia él. Blau ya está olfateando todo lo que ve, no me preocupo de que haga un desastre, es un cachorro que al menos se sabe comportar.

—¿Gracias?

Me rio y me acerco a él para rodear su cadera, alzarme de puntillas y besar su mandíbula.

—¿Y tu habitación? —pregunto.

—¿Y tú para qué quieres saber dónde está mi habitación? —emboza una sonrisa peligrosa.

Me encojo de hombros sin llegar a mostrar cuánto me gusta el brillo perverso en sus ojos.

—Solo quiero saber...

Asiente varias veces y con la cabeza me señala las escaleras.

Vuelvo a besar su mandíbula y empiezo a subir con él detrás de mí. No hay fotos suyas en ninguna parte, solo dibujos los cuales parecen hechos por la misma persona. Son de su hermana.

—¿Tienes buena vista ahí atrás? —inquiero mirándolo sobre mi hombro.

Sonríe al ver que lo atrapo viendo mi trasero.

—La mejor de todas, bonita.

Sacudo mi cabeza y llegamos al pequeño pasillo que tiene dos puertas, abre la primera que es la que lleva a su habitación. Aquí todo es exactamente igual que abajo en colores, en medio hay una cama tamaño king con sábanas negras, mesitas de noche a cada lado y a la derecha, dos puertas corredizas que llevan a una terraza con vista a la ciudad de Londres.

Me siento en su cama aspirando su olor impregnado en cada parte.

—¿Desde hace cuánto vives aquí?

—Desde que comencé la universidad —contesta cruzándose de brazos —. Primero alquilé el lugar y tiempo después lo terminé por comprar.

—Es muy acogedor. Aún no conozco el mío, se supone que iré con Ellie el fin de semana para empezar la mudanza antes que las clases comiencen.

Se acerca.

—Si quieres a un chico fuerte que te ayude con todo me tienes aquí —sube y baja las cejas —. Con gusto te ayudo.

—¿Sí?

Con una mano me toma de la mandíbula y con la otra se apoya del colchón. Su nariz re roza con la mía y nuestros alientos se mezclan.

Conquistándolo [Libro 1 & 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora