Aylen
Esa mañana, mamá viene a despertarme y luego de darme una ducha y cambiarme por una ropa cómoda, llama a un empleado para que nos ayude con mi equipaje.
Miro mi habitación con nostalgia, esa en la que siempre había pijamadas a altas horas de la noche con mis amigas. Los cuadros y uno que otro póster se quedan aquí, lo único que cambia son mis pertenencias, la cómoda está vacía, el closet y mi escritorio.
Sonrío antes de cerrar la puerta. Estoy feliz, sé que nada es para siempre, ni siquiera la vida.
Vero me envuelve en un abrazo cuando me ve bajar.
—Te voy a extrañar mucho, niña —dice besando mi cabello.
—Y yo a ti, Verónica.
Ambas nos reímos cuando Blau pasa en medio de nuestras piernas buscando atención, me separo y lo tomo para cargarlo. Este chiquitín se irá conmigo obviamente, y creo que lo sabe porque está más emocionado que nunca.
—Es hora de irnos —avisa papá bajando las escaleras vestido de negro. Mamá le da una ojeada y sonríe.
Vero nos acompaña hasta la puerta, vuelvo a despedirme de ella.
Ella no trabajará más para mis padres, dentro de dos semanas también se irá. Pudo conseguir la manera de traer a su familia por sus propios medios sin ayuda de nadie para darles una mejor vida aquí.
Me alegro por ella, luchó bastante para llegar aquí y se merece todo lo bueno que haya.
Elian, un hombre de algunos cuarenta años y de cabello castaño con hebras blancas, está apoyado en una de las camionetas de mi padre.
—Señor y señora Smith, señorita Aylen.
—Elian —le sonrío.
Él es nuestro chofer desde hace tres años, pero justo cuando las vacaciones empezaban tuvo que irse debido a que una de sus hijas tuvo un accidente de gravedad y al no tener a nadie más que a él, tenía que quedarse con ella todo este tiempo y cuidarla.
Es reservado, pero siempre he logrado hacerlo reír con mis tonterías.
Nos abre la puerta para que entremos, quedo en medio de mis padres quienes me acompañarán a Londres y se quedarán allá por unos días. Aunque creo que es por otra cosa, papá anda un poco ansiosos y misterioso.
Cuando pasamos por la casa de Nerea y Cecile el Mustang rojo de Adrien ya no se encuentra estacionado afuera.
Él decidió irse unas horas antes que yo, seguro ya debe haber llegado a casa de sus padres.
La pregunta de siempre ronda en mi cabeza.
¿Y si todo sale mal? No, él dijo que lo íbamos a resolver.
«No pienses en esas cosas ahora, Aylen»
Tienes razón, todo está tan bien entre nosotros dos que... no quiero arruinarlo con preguntas y dudas estúpidas.
🍃
Luego de casi seis horas de viaje, por fin llegamos a nuestro destino.
Cuando mi abuela, Sandra, nos ve bajar de la camioneta sonríe y no espera a que la alcancemos cuando ya me está abrazando y apretándome contra ella.
—Abuela —me rio besando sus mejillas sonrojadas. El cabello rubio que toda la familia de mi padre tiene está ya teñido de canas que la hacen ver hermosa y un tanto tierna, aunque la mirada potente que se carga dice lo contrario.
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Conquistándolo [Libro 1 & 2]
RomanceImagínate que vas por la calle y un auto está a punto de atropellar a un pequeño cachorro, discutes con el chico por ser tan imprudente y terminan insultándose. ¿Todo bien, no? Pues no para Aylen Smith. Su vida es tranquila y no tiene ningún probl...