Conquistándolo [Libro 1 & 2]

Capítulo 45: Mi novia

Aylen

El departamento que Ellie y yo compartiremos es espacioso hasta para más de dos personas. Tiene dos habitaciones con sus respectivos baños para cada una. También tiene un balcón enorme en el que me veo todas las noches para poder apreciar la hermosa ciudad de Londres desde una altura considerable.

Recibimos ayudas una que otra vez, pero Ellie y yo queremos hacerlo solas porque queremos darle nuestro toque a cada rincón, Adrien y mi hermano sí que nos ayudan con algunas cosas pesadas cuando pasan uno que otro día por aquí.

La fiesta del padre de Adrien es ya en dos días. Estoy nerviosa, se supone que parte de su familia estará ahí junto a socios y empleados de este.

Soy segura de mí misma, pero de solo pensar estar cerca de su familia en sí hace que el estómago se me cierre.

Y odio sentirme así, cuando Max y yo decidimos hacernos novios ya toda su familia me conocían porque éramos amigos, para mi buena suerte. Pero con Adrien...

«La diferencia es que Max era tu novio, Adrien aún no ha dado ese paso»

Me frustro conmigo misma y salgo de mi habitación en mi nuevo departamento en busca de Blau. Hay cajas en una que otra parte, mi pelirroja amiga está en la cocina preparando el desayuno mientras ve un tutorial en YouTube.

Blau me sigue porque sabe que voy a darle sus preciadas croquetas de chocolate, lo dejo comer una vez le sirvo y me siento en el taburete de nuestra cocina.

—Necesito ir de compras.

Su cabeza se levanta en automático.

—¿Para la fiesta que me contaste?

Asiento robando un pedazo de fresa picada del tazón a su lado, me manotea pero aún así logro mi cometida.

—Anya me dijo que es casi como una gala, por lo que quiero ir presentable para la ocasión.

—Estás hablando con la chica adecuada. Déjame terminar esto y nos vamos a dar una vuelta para conseguirte el mejor vestido y deslumbrar a tu chico.

Ruedo mis ojos.

—Que no es mi chico —bufo.

Sonríe como si supiera algo que yo no.

—Ayúdame para terminar más rápido.

🍃

Ellie me arrastra por muchas tiendas en busca del mejor vestido. Me pruebo varios, pero ninguno me convencen ni a ella tampoco. Es solo cuando dan las dos de la tarde y entramos a la tienda número seis que por fin encontramos algo.

—¿Qué tal este?

Abro la cortina y le muestro el vestido.

Deja de tomar la champán que nos dieron al entrar hace media hora y se pone de pie. Me hace caminar hasta ella y dar media vuelta para poder apreciarlo desde todos los ángulos posibles.

—Pues a mí me gusta —aplaude fascinada, dando brinquitos como niña pequeña en el área de juguetes —. Te queda precioso.

—¿Verdad que sí? —doy vuelta para poder observarme en el espejo de cuerpo completo, fascinada con el vestido.

Es rojo hasta los tobillos, tiene un diseño hermoso que hace ver como si la tela se transparentara en algunas zonas. La espalda tiene dos lazos que se entrecruzan dejando el resto descubierto y una apertura en en la pierna izquierda que le da un toque sensual.

Diría que es demasiado, pero conozco perfectamente bien este tipo de fiestas. El padre de Adrien es alguien reconocido según me dijo Anya, por ende no pretendo quedar atrás entre tantas personas de clase como mi familia.